2006/11/06

ANÁLISIS DAFO, NO, POR FAVOR

Lo que me faltaba: EL PAÍS resume en un análisis DAFO la situación del idioma castellano o español, según conclusiones de un congreso o unas jornadas que tuvieron lugar en San Millán. Creí que era bastante con que en los plúmbeos y estériles cursos de formación a los que obligan a uno a asistir (formación proactiva, dicen) nos veamos en el ridículo de inventar situaciones de debilidades, amenazas, fortaleza y oportunidades para el propio negocio, o para un sector o para un caso práctico.
Voy al caso. En la lista siguiente mezclo a propio intento aspectos que figuran unos como debilidades y otros como amenazas:
1. Superioridad tecnológica de otras áreas geográficas.
2. Leyes de English Only en EE.UU.
3. El español como herramienta (otra palabreja que, vaya) para los negocios, la diplomacia y las relaciones internacionales.
4. Exceso de autocomplacencia por el elevado número de hispanohablantes.
5. No se asocia a productos de calidad o de diseño.
6. El subdesarrollo económico y la falta de oportunidades para acceder a la salud y a la educación.
7. Ausencia de medio audiovisual de referencia informativa y de noticias a nivel internacional.
Y hay unas cuantas más. Si hubiera un despistado lector que leyera estas líneas y en ese incauto coincidiera cierto gusto por las cosas de la lengua, quiero decir, del lenguaje, me gustaría saber cuáles del los guiones anteriores colocaría en debilidades y cuáles en amenazas.
Pero vayamos con la segunda parte. Siguiendo el método anterior, vamos a mezclar fortalezas y debilidades:
1. Crecimiento en EE.UU., Brasil y en otras áreas.
2. Mejora de la información sobre novedades bibliográficas en español.
3. El Instituto Cervantes como institución para la difusión de la lengua.
4. Creciente internacionalización de las empresas españolas fuera del área hispanohablante.
5. El crecimiento económico en América Latina.
6. Creciente interés de extranjeros por ser profesores de español.
¿Qué son los primeros más que aspectos negativos, y los segundos más que aspectos positivos? Todo lo demás son distinciones artificiales y artificiosas que pueden servir para enredar, para justificar un proyecto formativo (olé la pompa), un dinerillo que hay que gastar en formación, hala, venga, que hay que presentar los papeles y se cierra el plazo.
Con esa disculpa podemos echar una buena mañana discutiendo si la superioridad tecnológica de otras áreas geográficas es una debilidad o es una amenaza, discutirlo en grupos, inundar de flechas, letras, cuadros y números el rotafolios, y finalmente, flash, nos descubren la mágica transparencia última en el imprescindible power point con la verdad absoluta definitivamente revelada, encajando cada fortaleza en su sitio, cada amenaza en su esquinita, la oportunidad, ni una más ni una menos, y debilidades las justas. Ay, qué pérdida de tiempo y de recursos. Y es la formación que hay, no pidas otra.
Confieso que siento una cierta prevención contra algunas novedades, contra los másters, quizá tengo entronizada la enseñanza universitaria, que en su momento no me parecería tan buena, pero es que el nivel que veo es rastrero. En cuanto veo el DAFO, pongo una cruz negra al curso.
(Solución al problema: son debilidades el 3, el 4, el 5 y el 7; son amenazas: el 1, el 2, el 6; son fortalezas el 1, el 3 y el 4; son oportunidades el 2, el 5 y el 6. Pero quedamos que son esas porque algo hay que poner en este juego).

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