2006/12/27

NO HAY MEJOR PALABRA QUE LA QUE ESTÁ POR DECIR

No hay mejor palabra que la que está por decir. No se acierta a nada tanto como a callar.
Hay muchos refranes que elogian la prudencia, que el diccionario define en primer lugar como una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. En una segunda acepción es templanza, cautela, moderación. El diccionario no contempla una acepción de la zorrería en este sentido, pero sería el lado negativo de la prudencia. A veces es lo mismo y todo depende de cómo te caiga el prudente/zorro.
Tres casos en los que valdría más azorrar o ser prudente:
Por ejemplo cuando escribes que es un contrasentido que se hayan desechado las escobas para limpiar de hoja el Parque San Francisco y se haya optado por unos ventiladores que los barrenderos utilizan para ir haciendo montones. Dejé escrito en esa ocasión que el ruido destruía la paz bucólica del parque. Más tarde hablas con alguien que entiende de limpieza de parques, más en concreto, que tiene alguna responsabilidad en Parques y Jardines, y resulta que el parque, al ser tan sombrío tiene el césped tan débil que la limpieza clásica con escobas acaba destruyendo las raíces y resulta más respetuoso el moderno aunque ruidoso ventilador. 1-0.
Por ejemplo cuando criticas a alguien que conduce demasiado brusco al volante en los giros, al cambiar de carril, etc. Un buen día coges ese coche y te das cuenta de que aunque el tuyo es de dirección asistida, es tan viejo que la conducción cambia bastante. Das los mismos volantazos que te molestaban. Además te das cuenta de que vas a ciento veinte y no te enteras. Los fitipaldis ya te parecen menos. 2-0.
Por ejemplo si estás celebrando la Nochebuena. Te gusta la música, y estás tan absorto en la fiesta navideña y en los villancicos que no te das cuenta de que hay alguien que está cerca de ti al que le caen como una patada en la barriga. Deberías tener presente que si ese alguien acaba de enterrar a un ser querido hace una semana, podrías dejar los cánticos para otro año. Simplemente piensas que bebió demasiado o que le sentó mal algo. Olvidadizo. Menudo espíritu solidario y navideño. 3-0. Este no es un caso de prudencia ni zorrería sino de humanidad.

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