2006/12/30

ATENTADO

Que leas en la portada del periódico unas declaraciones del presidente del Gobierno sobre el proceso de paz diciendo “Dentro de un año estaremos mejor que hoy” (a lo mejor dentro de un año, sí, démosle tiempo), que en el suelto de Pedro de Silva, leas que, como prueba de bonanza, “el terrorismo está inactivo”; que cuando desayunas, a eso de las diez y pico de la mañana, tu mujer te diga que pusieron una bomba en Barajas, que después de desayunar, fregar los cacharros, afeitarte y hacer la cama, pongas el teletexto y te conectes a internet, y que veas que la noticia que más te impacta es que han ahorcado a Saddam Husein; que a última hora de la mañana vayas a Parque Principado, y de paso a Eroski, que está allí, que busques una lámpara para tu madre para Reyes, que te fijes en una de camping-gas que tiene las instrucciones en euskera en primer lugar, que reflexiones entonces sobre qué puede hacer el pueblo para luchar contra el terrorismo y contra el separatismo vasco, que piensas que la gente mire para otro lado y estime que es el Gobierno el que lo tiene que resolver, que para eso le pagamos; que veas en la sección de electrodomésticos que en las televisiones está Rajoy, no hay sonido, pero te parece que tiene cara de alegría; de luto, no desde luego, antes viste en Media Mark a Rubalcaba, con la cara que tiene Rubalcaba, te imaginas lo que estará diciendo, comentas con tu mujer que una de las cosas con las que tiene que luchar ETA, o una de las ETAs es contra los sectores más radicales de su banda, quieres poner un ejemplo sobre las discrepancias sindicales, intentando buscar una analogía, los que quieren ira a la huelga, los que quieren negociar, pero abortas el pensamiento, no lo llegas a decir, no es lo mismo, pero las ideas se mezclan en la cabeza y corres el peligro de poner ejemplos que son gilipolleces; que te alegres de no haber encontrado nada en Eroski, porque iría contra tus principios o tus manías, no sé; que, sin embargo compres tan tranquilo otras cosas made in China o made in cualquier lugar en donde se respetan menos los derechos que en el País Vasco; que por la tarde te conectes otro poco a internet para ver en qué quedó lo de Barajas, que, desgracia, hay un desaparecido, no muerto todavía, que leas que es un ecuatoriano de diez y nueve años, que, vaya por Dios, qué culpa tendría el ecuatoriano, que un separatismo tan ajeno a sus preocupaciones le llevó a la muerte, él que pasó de fronteras y fronteritas; que buscando lo de la T4 de Barajas hiciste un esfuerzo de imparcialidad y entraste antes en www.elmundo.es que en www.elpais.com, que, de todas formas te paraste antes en la noticia de Saddam, que aparecía con la soga al cuello, vivo todavía, que con miedo pero con morbo pinchaste donde ponía VÍDEO, que seguiste mirando con miedo, porque querías y no querías ver, no estaba oscuro como en las salas de cine en donde a veces te tapas los ojos con los dedos entreabiertos, no hacía falta, el vídeo avanza, pero por suerte se para antes de que quede colgado, que, pese a todo eso vayas a celebrar con tus amigos del coro una anticipada nochevieja porque la vida sigue y el muerto al hoyo y el vivo al bollo y que no te arrepientas de nada, no sé si es de preocupar o es así la vida.

2006/12/27

NO HAY MEJOR PALABRA QUE LA QUE ESTÁ POR DECIR

No hay mejor palabra que la que está por decir. No se acierta a nada tanto como a callar.
Hay muchos refranes que elogian la prudencia, que el diccionario define en primer lugar como una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. En una segunda acepción es templanza, cautela, moderación. El diccionario no contempla una acepción de la zorrería en este sentido, pero sería el lado negativo de la prudencia. A veces es lo mismo y todo depende de cómo te caiga el prudente/zorro.
Tres casos en los que valdría más azorrar o ser prudente:
Por ejemplo cuando escribes que es un contrasentido que se hayan desechado las escobas para limpiar de hoja el Parque San Francisco y se haya optado por unos ventiladores que los barrenderos utilizan para ir haciendo montones. Dejé escrito en esa ocasión que el ruido destruía la paz bucólica del parque. Más tarde hablas con alguien que entiende de limpieza de parques, más en concreto, que tiene alguna responsabilidad en Parques y Jardines, y resulta que el parque, al ser tan sombrío tiene el césped tan débil que la limpieza clásica con escobas acaba destruyendo las raíces y resulta más respetuoso el moderno aunque ruidoso ventilador. 1-0.
Por ejemplo cuando criticas a alguien que conduce demasiado brusco al volante en los giros, al cambiar de carril, etc. Un buen día coges ese coche y te das cuenta de que aunque el tuyo es de dirección asistida, es tan viejo que la conducción cambia bastante. Das los mismos volantazos que te molestaban. Además te das cuenta de que vas a ciento veinte y no te enteras. Los fitipaldis ya te parecen menos. 2-0.
Por ejemplo si estás celebrando la Nochebuena. Te gusta la música, y estás tan absorto en la fiesta navideña y en los villancicos que no te das cuenta de que hay alguien que está cerca de ti al que le caen como una patada en la barriga. Deberías tener presente que si ese alguien acaba de enterrar a un ser querido hace una semana, podrías dejar los cánticos para otro año. Simplemente piensas que bebió demasiado o que le sentó mal algo. Olvidadizo. Menudo espíritu solidario y navideño. 3-0. Este no es un caso de prudencia ni zorrería sino de humanidad.

2006/12/23

COHERENCIA Y PAGO DE LA COMUNIDAD

Tengo un vecino moroso. Al decir “un vecino moroso” no hace falta explicar más: es moroso como vecino.
Tiene su fama local. Sale a menudo en los medios en relación con sus actividades jurídicas, literarias y artísticas. Y no voy a escribir más. Vacío, hueco, fantasma. No te puedo imaginar más que como moroso. Defendiendo el rescate y la conservación de piedras de lejanos siglos, y dejando pufos a la Comunidad, o sea, al resto de vecinos.
¿Cuántos ejemplos habrá así de incoherencia?

CUENTO (FERROVIARIO) DE NAVIDAD

CUENTO (FERROVIARIO) DE NAVIDAD


Hacía dos horas que habían salido de Gijón, pero les parecía que llevaban toda la vida en el tren, en aquel viejo exprés.
- ¿Falta mucho, papá?
- No, hijo, ya estamos llegando, es la próxima parada. Cuando veas muchas luces, allí es.
Quiso la suerte que el tren se viera obligado a parar en plena vía debido a unas obras. Las obras, incluso antes, tenían algo de luz. Para aquel niño era mucha luz, tanta como nunca había visto en su vida. Ni corto ni perezoso, siguiendo literalmente las palabras de su padre y, sobre todo, sus propios deseos de llegar, abrió la puerta y, de un brinco, puso los pies en tierra, o, para ser más exactos, en las piedras, en el balasto.

Los gritos del padre despertaron a todos los del compartimento:
- Maruja, cógelo todo, que nos bajamos, Juanín se acaba de bajar.
- Pero, Pepe, ¿Cómo lu dejaste?
- Venga, cógelo todo que no hay tiempo de explicaciones.
Recogieron sus pocos enseres, pusieron pie en tierra en el mismo momento en el que el tren pitaba y reanudaba la marcha. Allí quedaron los tres en medio del monte mientras veían que las tres luces rojas del coche de cola desaparecieron dentro del túnel.

- Pero, Juanín, hijo, ¿qué hacemos ahora?
- ¿Qué, pasa, mamá?
- Que esto no es ninguna estación.
- Como me dijiste que cuando viera muchas luces ya llegábamos, me bajé, no nos fuera a pasar como aquella vez que casi no nos da tiempo.
- Juanín, esas luces no son ninguna estación, son los focos de esa obra... Por ahí viene alguien.
- Buenas noches, ¿pero qué hacen aquí?
- Que como vimos tantas luces pensábamos que era ya la estación.
- Pues aquí no tenemos ningún sitio dónde podáis quedaros. Estoy yo solo vigilando estas obras, no hay ni una triste silla. Únicamente os puedo dejar esta linterna. Justamente este camino os lleva hasta una iglesia cerca de aquí, a unos quince minutos. El camino está seco y no tendréis problema.
- ¿Pero qué hacemos en la iglesia?
- La iglesia está en obras y está abierta, y podéis estar allí hasta que vengan los del pueblo por la mañana, que la están arreglando. Es el camino que utilizo de vuelta y ya por la mañana me devolvéis la linterna.

Así lo hicieron. No les engañó el buen hombre. Llegaron a la iglesia. La iglesia estaba cerrada, pero pudieron quedarse en el atrio. No hacía frío aquella noche. Con la luz de la linterna, vieron que había mucho polvo ¿pero qué importaba eso?.

Durmieron como pudieron, tumbados sobre unos tablones y tapados con los chambergos que llevaban.

Al poco de amanecer fueron llegando los vecinos del pueblo, primero dos, luego tres, más tarde otros dos, finalmente cuatro, once en total. Sus relaciones no eran óptimas. Algunos no se hablaban, pero ninguno quería que la iglesia se viniera abajo y, aunque a regañadientes, al menos se pusieron de acuerdo en trabajar para conservarla.
Era sábado y tenían pensado pasar el día trabajando allí arriba. Habían subido incluso las viandas para prepararse la comida, cada uno la suya.

Los forasteros les explicaron lo ocurrido.

Pepe era albañil; Maruja, cocinera, amañosa en general, arreada. De hecho fue ella la que decidió marchar mundo adelante. A aquellos hombres no les venía mal alguien que, además de tener buenas intenciones, supiera algo más que hacer masa y pegar ladrillos.

Allí se quedaron Pepe y Maruja.

La iglesia quedó preciosa, tan bien que el cura quiso hacer una fiesta por todo lo alto para celebrar su restauración. Incluso asistió el obispo.

En la homilía el Obispo tuvo unas palabras especiales para Pepe, al que agradeció su dedicación y su buena mano.
- Estoy seguro de que Pepe y Maruja nunca olvidarán estas semanas que pasaron aquí. Y Juanín, que hizo tan buenos amigos. La pena es que se tengan que marchar, aunque, si ellos quieren les puedo ofrecer algo.
Maruja y Pepe se miraron con una mueca en la boca y arrugando la frente, y miraron al Obispo encogiendo ligeramente los hombros.
- Sí, quiero deciros que hace tiempo que en el Obispado estamos buscando a alguien que nos mantenga estas iglesias, capillas y ermitas diseminadas por el contorno. Hace unos días recibimos una herencia de un buen hombre de estas tierras que emigró para Argentina y dejó escrito que quería que se repararan las pequeñas iglesias que había conocido en las romerías antes de marchar. Al final lo hablamos, salvo que queráis decir algo ahora.
Tomó la palabra Maruja, que ya dijimos que era arreada:
- Estamos muy agradecidos de los vecinos y de Vd., pero de lo que más satisfechos estamos es de que gente del pueblo que no se hablaba, haya hecho tabla rasa a partir de las obras. Creo que vamos a aceptar el ofrecimiento que nos hace, pero el premio mayor, con mucho, es, como dice Juanín, el buen rollo que hay ahora.
Y se quedaron.

Cuando vino el Obispo era Navidad.

2006/12/19

CAMÁ

- Oye, mama, toy mirando esta lista de muertos del cementerio. Esti Cefero, el padre de Ovidio y Lucía y tos esos, que murió en 1947 de 43 años, ¿de qué murió?
- Si, home, ¿nun te lo conté?
- Contaríasmelo, pero, nun me acuerdo.
- Sí, home, sí, voy contátelo. ¿Nun ves que antes los guardias pegaban muncho? Mira, esti Cefero yera muy buenu, pero tenían munchos fíos y, claro, nun daba pa too. Y yera un poco…así…
- ¿Que robaba?
- Bueno, facía lo que podía.
- ¿Pero qué pasó?
- Denunciólu Francisco.
- ¿Esti Francisco?
- Si, home, Francisco yera amigu de los guardias, era un poco chivatu. Era buen paisanu, pero, no, eso a mí nun me gustaba.
- ¿Pero, qué fue lo que pasó?
- Una vez, esti Cefero, trabajando en Busdongo o nun sé onde, ¿nun ves que que antes las vacas andaban pol monte? Pues cogió una que taba perdía y matóla y trajo la carne. Bah, nun me digas, ¿la muyer nun sabía que aquello nun yera del?. no, la verdá, Lucía yera muy buena mujer, pero gustábai tar la mañana’n la cama. ¿Nun sabía lo que ganaba el marido? No, a mí, nunca me gustó lo que nun fuera mío. ¿Nunca te conté lo que i pasó a tu padre una temporada que taba barriendo las Unidades?
- Contaríasmelo, pero nun me acuerdo.
- Sí, home, cuando llegó la última Unidá a Fierros, ya sabes que la gente a veces olvida cosas, y tu padre, después de barrela, trajo pa casa un paquete con ropa, y dijo “Celi, mira lo que había en la Unidá”. “Venga, vete lleválo ahora mismo”. Y efectivamente, cuando llegó a la estación y lo dio al fator, ya habían preguntao pol paquete, que era de una muyer que se bajó en La Cobertoria. No, a mí, nunca me gustó lo que nun yera mío.
- Bueno, pero sigue con lo de Francisco y Cefero.
- Pues pasó que Francisco chivóse a los guardias y llevaron a Cefero al cuartel a Fierros y dieron-i una camá, que perdió muncha sangre.
- ¿Y murió de una paliza?
- No, nun murió de aquella, tovía trabayó algo, que portóse muy bien con él Miguel Campomanes, que era guardagujas, hacíai turnos y eso. Pero quedó mal, y murió seguramente de aquello. Sí, esti Francisco era un chivatu.
- ¿Y las famílias háblanse?
- Sí, pero…poco, la verdá. Esas cosas quedan ahí. Los hermanos nun tienen la culpa, pero…Y otra vez pegároin a Alberto el de Roberta.
- ¿Al padre de Chuso y esos?
- Sí, home, esti Francisco cortejó algo con Roberta, y cuando ya salía con ella, camentó a los guardias pa que i pegaran una paliza.
- Mama, extráñame muncho eso.
- Sí, home, antes los guardias pegaban muncho. Y luego, resulta que cuando la tía Alicia, la madre de Francisco, yera la hora de cobrar la pensión, como Alberto trabajaba en la Caja Previsión, pusoi inconvenientes y tardó en cobrar.

PÉSAME ZAMORANO

Curiosas costumbres funerarias se encuentra uno a lo largo de la ancha España. Quede constancia de una que tuve oportunidad de contemplar en Muelas del Pan (Zamora) adonde fui a un entierro este domingo.
Permanece el cadáver a la puerta mientras tocan a muerto las campanas. En Castilla suenan de otra forma.
A continuación la misa.
Al finalizar, el cura se retira y se colocan todos los familiares del duelo en fila entre el altar y el primer banco mirando a la gente. Entonces empiezan a salir los del último banco, avanzan y van dando el pésame a toda la familia. Por orden inverso desde atrás hacia adelante van pasando todos los asistentes al funeral.
Es una forma ordenada de pésame, que evita el barullo que se suele formar a la entrada y a la salida. No están prohibidos otros pésames individuales, pero, como es lógico, son contados. Parece que es una tradición de ese pueblo, no de los alrededores, pero intentaré averiguarlo. Y al tanatorio se le llamaba velatorio, que cerraba a las doce de la noche, salvo que a petición de la familia desearan que permaneciera abierto.
El cementerio sin nichos, como a mí me gusta. En muchos casos sencillas tumbas con un montón de tierra y grava, y la cruz. Y allí estaban los apellidos de la zona, los Moreno, los Bartolomé, los Piorno.
Curiosas costumbres castellanas.

2006/12/18

IMPRUDENCIA Y RECUERDOS

Te vi pasar desde dentro. Ibas, como siempre, con pantalones, elegante. Eres un poco colorada de cara, pero, si tengo que definirme y definirte, eres guapa. Tienes una belleza fría, hierática, pero no me llamas la atención por eso.
Siempre que te veo no puedo olvidar algo que ocurrió hace más de veinticinco años. Acababas de sacar el carnet de conducir y tendrías dieciocho años. Cogiste el coche, invitaste a unas compañeras del colegio, cometiste una imprudencia y dejaste en silla de ruedas a una de ellas. Eso le cambió la vida a ella y a sus padres, que pasaron a vivir únicamente para ella.
Os veo alguna vez a las dos, más veces a ti, la sana, que vives cerca de mi casa, que a la otra, la enferma, que es una piedra preciosa. También me acuerdo cuando veo a tu marido, no lo puedo evitar.
La de la silla de ruedas se mantiene también guapa, pero…
Ahora tiene a sus padres enfermos y necesitas ayuda incluso para salir a la calle. Te recuerdo cuando tengo algún asunto profesional de barreras arquitectónicas y de personas de movilidad reducida, qué asco las palabras, antes eran minusválidos, y más antes, inválidos. Cuando digo la palabra “inválido” me represento a un hombre cojo, incluso lo veo caminar, cojitranco, con esa muleta como de dos cuerpos, que el hombre, un varón, apoya en la axila, mullida para evitar heridas en el sobaco. Ahora ya son personas con una discapacidad, son personas, no son discapacitados. A veces las palabras son reflejos de avances, otras veces los empujan. Sí, hay una interdependencia, en palabras de mi madre “ello mismo lo diz”, aunque las etimologías populares pueden estar equivocadas.
No me voy a salir del hilo. Quiero que sepas que siempre que te veo, me acuerdo de que por tu imprudencia, una que fue chica, que ahora es adulta, está en silla de ruedas. ¿Te acuerdas de ello y de ella alguna vez? ¿Existen los remordimientos de conciencia o de actuación? Posiblemente no, porque tendemos a olvidar lo que nos molesta, las partes más oscuras de nuestra vida.

2006/12/16

MUERTE Y ESTADÍSTICA

Un anciano de 89 años estrangula a su mujer, de 80, enferma de Alzheimer, y luego se suicida.
Los vecinos que los conocían declararon que de ninguna manera esa desgracia se podía encuadrar dentro de la categoría “violencia doméstica”. Si niegan, necesariamente habrá habido alguna duda, porque la prensa lo habrá aventurado y se lo habrán preguntado o porque alguien lo habrá insinuado. Por las declaraciones de los vecinos, está claro que fue así. En los vídeos de EL COMERCIO http://canales.elcomerciodigital.com/extras/canal10tv/index.htm solo incluyen la respuesta de Placer, la peluquera, conocida de la casa, de la mía quiero decir, que asegura que no. Pero el propio canal local termina con el siguiente comentario: “Los investigadores que llevan el caso están tratando de determinar si existían denuncias previas de la víctima por malos tratos”.
El periodista quiere que se encuadre como violencia doméstica. Es la vieja táctica “No está confirmado que…” pero quieren decir que ya se confirmará. Una vez más, su triste labor de no dejar que la realidad les chafe un titular.
El propio Delegado del Gobierno, con gran cautela, manifestó que era difícil considerar este caso como de violencia doméstica y lo dijo con gran precisión en el lenguaje. Un amigo Guardia Civil dice entre su gremio llaman al Ministro del Interior Alfredín el Listín y al Delegado del Gobierno, Trevín el tontín. Es cierto que las facciones del Delegado no son las del típico despierto, pero estas declaracioes son muy precisas. ”en el contenido de las cartas hay multitud de circunstancias que harían injusto referirse a este suceso como un crimen de violencia de género”.
Ahora bien, ¿Quién va a contar una a una las muertes para determinar si esta la cuentan o si cuentan dos? Contará, la estadística no anda con matices.
En una ocasión fui a quejarme al Hospital de alguna tardanza o alguna atención defectuosa a mi padre. Me senté. La chica que me atendió tenía un bolígrafo en la mano y un papel en la mesa. Empecé a hablar. Ella no decía nada. Más o menos, al minuto, despertó de su concentración para decir: “Ah, un retraso en la cita” y puso una cruz en la casilla correspondiente del impreso que tenía que cumplimentar.
Sin duda había cumplido su objetivo, que no sería resolver nuestro problema sino encuadrar cada caso debidamente y posiblemente al fin de mes o de la semana, preparar la estadística.
Me río, pero a veces me pasa a mí con mis propias estadísticas. Venga dar vueltas sobre si una determinada deficiencia la imputas al diseño de la máquina o a su uso indebido, y cuando en un mismo escrito se quejan de dos cosas, ¿cómo lo clasifico? porque, claro, si determinada categoría se pasa de un número tolerable dentro del mes, hay que actuar. De manera, que en caso de duda mejor teledirigir las quejas dudosas hacia epígrafes que se sabe que no sobrepasan ningún umbral.
Y los muertos, muertos.

2006/12/12

PEPÍN DE MINGO

Hoy fui al entierro de Pepín de Mingo. Tardé en enterarme de que lo llamaban Pepín de Mingo. Mientras estudiaba, hubo unos años en los que no me enteraba de nada. Iba a mi rollo: durante la jornada de trabajo, en cuanto podía, me concentraba en estudiar o en pasar apuntes y no había más conversación.
Pepín es un mozo de agujas de los antiguos, de los que trabajaban en Lugo de Llanera cuando yo aterricé en mi primer destino civil, por lo tanto, de los que nunca jamás olvidas: Pepín, Carballo (en realidad Caraballo, que norteaba a las seis menos diez de la mañana por el andén y con una visual se daba cuenta de lo que había que hacer y yo tenía que andar mirando con detalle la entrega y los papeles para enterarme), Ovidio (que había cortejado con Gelines la de Benina, que tenia unos treinta y dos años y ya está prejubilado), Carreñín (nunca me olvido de que se suicidó un hijo), Tuñón (ya un triunfador, con su tiendita particular y sus negocios: lo que compro a dos lo vendo a cuatro y con ese dos por ciento voy tirando), Tarradellas (estaba accidentalmente de Jefe de estación el día que me presenté, pero no sé más de él, lo llamaban así porque acababa de venir trasladado de Cataluña), Manolo (pocos cadáveres vi más impresionantes que el de Manolo el fator o Manolo el de Carmen, buen paisano, equilibrado, competente, bien considerado, que traía la cena aunque vivía allí mismo en el pueblo), Carrión (ferrolano, que contaba unas mentiras bastante gordas, pero siempre las mismas y te hacía dudar), Jaime (que decían que había sido un bandurria y con esa fama seguía, aunque para mí, era ya un señor casado normal, me costaba creer las historias que se contaban de él), Vixil (peón que animaba el turno con su desenfado), Ríos (andaluz de Huelva ¿abe? o sea, ¿sabes? con sus aventuras de cuando estaba en Ibraleón), Fernando (que murió de cáncer y siempre me acordaré del diagnóstico que figuraba en sus partes de baja, que vi siete u ocho años más tarde cuando estuve transitoriamente de jefe de estación: dolor intercostal, siempre me acuerdo de Fernando, que era un triste, cuando tengo un dolor intercostal), Rubiera (había sido emigrante, estaba separado, era de Oviedo y vivía en Gijón, y todas esas particularidades me llamaban la atención; más tarde me dijo de Célis que era el hombre de las tres erres, efectivamente Rafael Rubiera Rodríguez, y así lo recuerdo).
Pepín llegaba de Villabona, hablaba un poco, con un acento yo creo que un poco gallego aunque quizá sea simplemente el acento típico de Llanera, sonreía, y marchaba andén adelante con aquella cartera clásica negra de cuero de las que ya no se ven, con las que mi padre creo que comerció en tiempos. La cartera en la que yo creía que traía la tartera, y así habría sido alguna vez. Años más tarde me enteré de que en realidad iba llevando un poco de carbón todos los días del ñeru que fue acopiando con el tiempo en algún garitu. Igualito que mi padre, que no podía pasar el día sin que trajera una as/estilla, una briqueta, una ferramienta. Otros llaman por teléfono, pierden el tiempo por Internet o traen folios.
Pepín era mozo de agujas, como Caraballo. Rubiera y Carreño eran enganchadores. Nunca lo entendía del todo y creo que simplemente no tenían razón pero lo decían y hacía como que me lo creía. Yo leía la reglamentación y no veía las categorías de mozo de agujas y de enganchador por ningún sitio, únicamente encontraba al especialista de estaciones, que lo englobaba todo, pero no mandaras al mozo de agujas un enganche o al enganchador hacer una aguja. Los factores antiguos lo respetaban y así todo el mundo. No iba yo a hacer una excepción, aunque no lo acababa de ver y no lo veo. De hecho, el enganchador y el mozo de agujas estaban en el nivel 2 y el especialista en el 3, señal de que esa movilidad ascendente algo querría decir, pero en aquellos tiempos los derechos adquiridos eran palabra de Dios.
Pepín es aquella época y siempre lo recordaré con cariño. Creo que no conocía a mi padre pero siempre me preguntaba por él y eso hoy es un plus.
Como tiene un hijo de conserje muy cerca de mi casa, es motivo de recuerdo y ojalá quede así para siempre.

2006/12/11

VACIEDAD

Entrevista en La Nueva España a Fernando Lastra, portavoz del PSOE en la Junta General. Ya el periodista escribe “cuenta entre sus habilidades políticas la del funambulismo”, pero si el Sr. Lastra relee esta declaración cuando deje la política (todos los políticos dicen estar de paso) estará orgulloso, vale para cualquier gobierno, época y lugar, es intemporal como las verdades absolutas.

No será para tirar cohetes por su claridad, por su cercanía al pueblo.



-Haga balance de estos casi 4 años de Gobierno en coalición.
-Éste ha sido un Gobierno útil y positivo para Asturias. Ha abordado problemas reales, se ha esforzado en llevar a cabo un proyecto político progresista y, en buena medida, lo ha conseguido. El balance es bueno. Hay una gestión en esta legislatura espectacular. Tenemos un horizonte optimista porque hay un trabajo bien hecho.



Ha sido un Gobierno útil y positivo para Asturias. Hombre, qué menos, pero, qué otra cosa puede decir.

Ha abordado problemas reales. No perdieron tiempo en prolegómenos filosóficos y abordaron directamente problemas reales.

Se ha esforzado en llevar a cabo un proyecto político progresista. Menos mal que se ha esforzado, vagos no son, no. El proyecto político es progresista, es el programa del partido socialista, cómo no va a ser progresista, o por lo menos, decirlo.

y, en buena medida, lo ha conseguido. No sabemos en qué medida, en buena medida, algo es algo, más de la mitad.

El balance es bueno. Podemos estar orgullosos de la elección realizada.

Hay una gestión en esta legislatura espectacular. La cosa se caliente, la gestión ya no es solo buena, es espectacular. En concreto no sabemos nada, pero estamos hablando con un ideólogo, acostumbrado no tanto a gestionar cuando a dar moral a su tropa, a controlar los desvíos, y a que no decaiga el ánimo, que se avecinan las elecciones.

Tenemos un horizonte optimista porque hay un trabajo bien hecho.Aquí está ya la clave electoral. Ánimo, chavales, que vamos a ganar, oé, oé, oé… oé, oé, Si el trabajo está bien hecho, lo volveremos a hacer bien, no sabemos qué, pero bien. Como dijo Pío Cabanillas al final de un famoso congreso de la UCD en Palma de Mallorca cuando había tropecientas facciones “ganamos, pero no sabemos quienes”.



En la propia entrevista se mostró bastante más condescendiente con IU, su necesario aliado de gobierno autonómico, que con el periodista de LNE Javier Morán, que está escribiendo unas críticas demoledoras sobre el futuro del AVE. Es cierto que Javier Morán cometió alguna imprecisión técnica como no saber distinguir la alta velocidad, la velocidad alta y el ferrocarril de altas prestaciones, conceptos estos que dejaron de ser técnicos para ser ya jurídicos desde que se definieron en una norma, pero Javier Morán es un hombre muy bien informado en asuntos ferroviarios (y religiosos) y no merece un exabrupto del Sr. Lastra, que en esta entrevista templa gaitas y está tan contemporizador.

2006/12/06

LA CONSTITUCIÓN

La Constitución es para mí la supernorma jurídica pero también un recuerdo.
La norma. Como norma jurídica, no puedo leer un artículo cualquiera de ella sin, a la vez, fijarme en el título en el que está incluído por aquello de la interpretación sistemática, porque no todos los artículos valen igual. Unos son normas directamente aplicables, otros son principios que necesitan desarrollo, en fin que el exceso de saberes hace imposible una lectura ingenua. Voy “más allá”, como dice un compañero gallego ferroviario del que nos reímos en casa a cuenta de la frase. Lo malo de ese gallego es que no sabemos dónde quiere ir, solo lo sabe él, y hay que adivinarlo. Hace honor a la fama galega.
El recuerdo. Debía ser algo revoltosu en la mili porque tuve unos cuantos problemas, o quizá no era más que ese deseo de ir por libre que conservo. A veces pienso si soy una encarnación del “de qué se trata que yo me opongo”. Ir a contra corriente, sacar punta a todo tiene sus inconvenientes.
Es el caso que ya había tenido un problema en León por haber expresado una crítica velada o explícita hacia el cuartel central de Valladolid, al que estaba adscrita la Unidad de León. Por un comentario imprudente manifestado a un brigada de Valladolid una noche de trabajo en la estación de León sobre las cualidades del dichoso cuartel de Valladolid, tuvo que presentarme ante el comandante de la capital militar y dar cumplidas explicaciones: que no criticaba la estrategia de defensa del cuartel, que solo me refería a la dureza de hacer compatible el estudio y las guardias, etc. Me libré de un disgusto por la intercesión de mis padres, que hablaron con el entonces brigada del Regimiento de Pola de Lena, y algo habrá hecho. No me pasó nada, pero cogí fama. Y conservo el agradecimiento a Manolo, este brigada, que se jubiló (pasó a la reserva) de comandante. Cuando me manifiesto en contra de enchufes e influencias me acuerdo de algunos casos de la propia vida que me aconsejan, en frase pasada de moda, meter la lengua en culo.
Héteme aquí que hubo que votar la Constitución de 1978. No sé si habría alguna directriz militar sobre la conveniencia de favorecer el referéndum, incluso si de estar en contra, pero el teniente de León me mandó dar una pequeña charla a la soldadesca sobre la Constitución que se iba a votar. ¿Qué habré dicho? Ni idea. Lo que sí sé es que lo hizo por putearme. A lo mejor hice una última y cobarde defensa de los Principios del Movimiento.
Ni idea del nombre del tal teniente. Tengo compañeros que recuerdan el nombre de todos los mandos militares que tuvieron, y mira que hubo: en Cáceres, Valladolid, León, Zaragoza, Madrid. Tengo un tío lejano de ochenta años que recita de carrerilla el nombre de todos los mandos, desde el General al Cabo, amén de batallitas militares varias. Nunca me sentí cómodo con la gente que cuenta las historias de la puta mili. P.D. ¿Dónde estuve el día del referéndum, el 6 de diciembre de 1978? Ni idea, de manera que no puedo presumir de haberla votado.

2006/12/04

PINOCHET RECIBIÓ LA EXTREMAUNCIÓN

No sé si en Chile se llama la extremaunción o el redactor local es un viejo veterano, que es lo mismo.
¡Qué mal se despegan de nuestra mente las primeras palabras aprendidas, las primeras ideas imaginadas!. Ya pueden venir después todos los lenguajes políticamente correctos del mundo, que aquello primero nos acompañará hasta el final, sobre todo si responde a ideas simples, elementales y auténticas. Ya podía decir los curas que no, que no se hable de extremaunción, que es la unción de enfermos. Será para siempre la extremaunción. Extrema, última, doblemente contundente, por última y por extrema, que son lo mismo. La última es terrible, el punto de no retorno, de ahí al agujero. ¿En cuanto a extrema, cómo no asociar extrema a extrema gravedad?
Los de mi generación ya no la vimos nunca en directo, pero nos la imaginamos, quizá por algún cuadro o por narraciones. Allá va el cura, con el alba blanca, si no es una redundancia, con el monaguillo pequeño, si no es otra redundancia, y con un pequeño séquito que sigue, si no es una tercera reiteración. Allí van, pues, alba, monaguillo y séquito, cabizbajos, con paso firme, el cáliz tapado y fuertemente sujetado con las dos manos. La gente se santigua y arrodilla a su paso. Imposible imaginar un día soleado. La extremaunción siempre es en otoño, orbaya, el día gris, casi oscureciendo, caras largas, gestos serios. Y llega el cura a la casa, entra en la habitación, la cama, la silla, la cómoda, penumbra y silencio, algún susurro a lo más. Cerradas las contraventanas, que no haya claridad, que no haya ruido. El enfermo abre los ojos, está pálido y muy delgado, se distinguen todas las venas de las manos. El cura se sienta en la cama, le coge la mano, hablan muy bajo, el enfermo moribundo se confiesa. Lloran suave afuera. Las mujeres ya están vestidas de negro y en casa huele a humedad.