2007/06/27

LA MUERTE DE LOS SEIS SOLDADOS EN EL LÍBANO



Seguramente se habrá publicado, pero ahora mismo desconoces si los soldados muertos nacidos en Colombia tenían la doble nacionalidad o si solo eran colombianos (ignorancia supina la tuya, con lo fácil que es documentarse) o si eran ya solo españoles.
Sí te llamó la atención ver a algunas familias con la bandera colombiana, no con la española.
De ninguna manera quieres frivolizar con la muerte de los seis soldados en el Líbano, pero te viene a la mente la cantidad de accidentes de trabajo en donde los que mueren son los extranjeros, porque lo cierto es que son los que trabajan en situaciones de riesgo. De ahí que, por suerte (si es que se puede decir y escribir esto) la proporción de muertos españoles es mínima. La misma tendencia vienes observando en los accidentes de la mar y de la construcción.
En cuanto a nuestra actividad militar en el extranjero, tiendes a pensar con cinismo y malicia que si ahora nos aventuramos en situaciones de riesgo posiblemente sea porque la proporción de soldados nacidos en España es cada vez menor, lo que garantiza una mínima oposición social.
De los funerales, que seguiste por la prensa de internet, te llamó la atención otra cosa. No es que el hábito haga al monje, pero el ministro de Defensa bien podía haberse ataviado de otra forma para la ocasión. Poner una condecoración vestido con camisa blanca de rayas a un féretro cubierto con la bandera española, como mínimo choca.
En cuanto al debate político que se suscitó, como te pareció que el Partido Popular estaba adoptando una posición demagógica, entraste en la web del Congreso por si encontrabas su apoyo al despliegue en el Líbano.
Encontraste otra cosa.

Sesión núm. 29 celebrada el martes, 10 de octubre de 2006

El señor PRESIDENTE: Turno de portavoces. Don Roberto Soravilla tiene la palabra para que hable en nombre del Grupo Parlamentario Popular.

Por seguir en el mismo teatro de operaciones, ya según otras informaciones, porque ya digo que la opacidad nos obliga ir a la prensa, nos hemos enterado de que parece que los vehículos carecen de inhibidores de frecuencia. No sé si eso es verdad o no lo es. En este momento se lo pregunto, pero, en el caso de que lo fuera, a mí me gustaría que nos indicara en qué partida están esos inhibidores, si es que hay que dotarse de ellos, o qué solución tiene la Armada para la seguridad de nuestras tropas ante esa posible, que a veces ya se convierte en probable, detonación de explosivos a distancia en semejantes teatros.

El señor JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA
ARMADA (Zaragoza Soto):

En cuanto a los inhibidores de frecuencia, creo que este no es el foro para tratarlo. Yo le voy a decir que no había un análisis de la amenaza con una frecuencia determinada para que nosotros pudiéramos decir: necesitamos un inhibidor de frecuencia en tal frecuencia para evitar atentados de este tipo. No lo había. Nosotros claro que estamos en un programa de inhibidores de frecuencia, incluso lo tenemos metido en la línea de otros equipos de comunicaciones con un presupuesto de 2,5 millones de euros, plurianual. Nos preocupa y equipamos nuestros vehículos cuando podemos con inhibidores de frecuencia. Pero en el tema de la inhibición de frecuencia hay que tener un análisis de la amenaza muy concreto y tener muy perfilado el tipo de frecuencia que se puede utilizar, que no es el caso ahora mismo.

En otra publicación encontraste esto.

Sesión núm. 32 celebrada el miércoles, 28 de marzo de 2007

(MINISTRO DE DEFENSA JOSÉ ANTONIO ALONSO) También estamos en Líbano, donde hay ejércitos; los ejércitos son estructuras armadas creadas para hacer frente a conflictos de naturaleza violenta, y usted no hace el mismo planteamiento con relación a por qué estamos en Líbano. La naturaleza de la misión queda definida por dos cosas: en primer lugar, porque está legitimada por Naciones Unidas —al contrario de otras—, y, en segundo lugar, porque en la práctica lo que estamos haciendo allí —y yo doy fe de qué es lo que estamos haciendo los españoles— es reconstruir el país y para ello creando seguridad para hacerlo. Es decir, ajustándonos de nuevo a lo que marca y manda la resolución de Naciones Unidas. No es una guerra, es una operación de pacificación, de estabilización, de creación de seguridad y de reconstrucción del país.

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Te quedaste sin palabras.

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