2007/09/02

PLATÓN, ÚTIL Y HASTA ENTRETENIDO

Te apetecía leer algo de Platón así que un buen día pasaste por la biblioteca. Encontraste sus DIÁLOGOS no en la sección de filosofía sino en la de literatura griega, pero no lo dices como crítica.
Para elegir una obra te guiaste por criterios nada ortodoxos. Por de pronto tenía que sonarte y debía ser breve para que no te empachara. Además, la edición debía ser manejable para poder coger el libro con una sola mano y estar tumbado en el sofá con las piernas estiradas encima de la mesa, estilo Aznar en Texas. Reunía esas condiciones EL BANQUETE, un ejemplar de la editorial Aguilar de ciento veinte páginas.

Te parece que la traducción es demasiado literal y vendrá bien para un estudiante de griego clásico que tenga que traducir la obra como ejercicio, pero para otro tipo de lecturas habría que modernizar las traducciones, que pueden espantar al lector. Con el ejemplo que vas a poner, matarás dos pájaros de un tiro, un pájaro es la traducción alternativa y el otro la justificación de las lecturas aparentemente inútiles.

Os diré que siempre que hablemos de filosofía, tanto si me toca hablar como escuchar, me resulta útil y además me presta. Sin embargo, estoy hasta el gorro de las conversaciones de negocios y me compadezco de los que no callan con eso porque creen vanamente que sacan algo en limpio. Vosotros creeréis que soy un infeliz y tenéis razón, pero yo sin embargo no lo creo de vosotros, sino que estoy seguro.

Lo anterior era tu versión libre de la traducción. El texto original era este otro:

“Por mi parte, además, os diré que siempre que la conversación trate de filosofía, tanto si soy el que habla como si escucho a los demás, aparte de creer que saco provecho, me regocijo sobre manera. En cambio, cuando escucho otras conversaciones, especialmente las vuestras, las de los ricos y las de los hombres de negocios, personalmente siento hastío y por vosotros y vuestros compañeros compasión, porque creéis hacer algo de provecho sin hacer nada. Vosotros, a la inversa, tal vez creeréis que yo soy un desdichado, y opino que vuestra creencia es verdadera; pero yo, sin embargo, no lo creo de vosotros, sino que lo sé de cierto”.

No vas a hacer más versiones libres. A continuación vas a reproducir un texto curioso y que incluso te parece de actualidad. El título EL BANQUETE viene a cuento de que unos cuantos amigos de Sócrates empiezan a filosofar alrededor de buenas viandas y abundantes ánforas de vino. En ese contexto, toma la palabra Erixímaco para decir:

“Una vez que se ha aprobado que se beba lo que cada una quiera y que no haya coacción alguna, propongo a continuación que se mande a paseo a la flautista que acaba de entrar, que toque su instrumento para ella sola o si quiere para las mujeres de dentro y que nosotros pasemos la velada de hoy en mutua conversación”.

¿No es lo mismo que cuando vamos a un pub a charlar un rato pero el volumen de la música nos lo impide?

Por último encuentras en Platón un remedio para los ataques de hipo, como el que le dio a uno de los comensales que estaba borracho como una cuba.

“Mientras yo hablo, mira a ver si conteniendo un buen rato la respiración se te quiere pasar el hipo y si no, haz gárgaras con agua. Pero si es muy pertinaz, coge algo con lo que puedas hacerte cosquillas en la nariz y estornuda. "

¿Quién dijo que no eran entretenidos y hasta útiles los libros de Platón?

Por cierto, EL BANQUETE trata principalmente del amor, que se define como la búsqueda permanente de lo bello. Simplemente lo dejas anotado porque este blog no trata precisamente de filosofía.

No obstante, en cuanto puedas te meterás con el mito de la caverna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En Grecia con la filosofía, los templos y la Democracia... y al mismo tiempo, en la Península, Celtas e Íberos luchaban en sus castros por encender un fuego que los aislara del frío...