2008/06/06

ALUCINANTE

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Evitaste mientras pudiste las nuevas modas de Madrid del “venga”, el “tía” y el “alucinante” pero es imposible oponerse a la evidencia durante mucho tiempo, y ahora ya alucinas en colores. Viene esto a cuento, pronto se verá, de uno de los artículos que vas a comentar.

Murió hace unos días el padre de Pedro de Silva, que publica diariamente, sin fallar nunca, un articulito, un comentario en La Nueva España, que el llama un billete.

Esperabas que escribiera algo. Así fue, un artículo brillante, denso, con palabras cargadas de sentido o dobles sentidos.

Estabas pendiente del artículo del día siguiente, que coincidiría con el día del funeral ¿Volvería a escribir sobre el padre? ¿Algún comentario sobre los ritos funerarios? Nada. Borrón y cuenta nueva porque toca hablar, como todos los años, del tiempo, del loco tiempo.¿Era el que tenía para el día anterior y únicamente cambió el orden?


BILLETE PRIMERO
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008060400_42_643121__Asturias-Vidas-cumplidas

VIDAS CUMPLIDAS

Una vida cumplida es aquella en la que la persona ha hecho lo más esencial que cabe exigir a toda vida: disfrutar de lo que esa vida pone a su alcance, ocuparse de veras de los suyos, no buscarle el mal a nadie, ayudar en lo posible a los ajenos y hacerlo todo con decencia y dignidad. Sin embargo, bajo cierta idea de la vida, lo que más eleva nuestra condición es el trabajo. Ésa no es la única idea de la vida, desde luego, y otras distintas son muy respetables, pero para quien profesa ese credo cada día de trabajo bien cumplido, en lo que sea, es un día ganado, para sí y para todos. A lo mejor esa moral viene sin que haga falta darle más vueltas de la condena bíblica a ganar el pan. Cuando una vida cumplida acaba, o sea, se cumple, no haría falta decir siquiera «descanse en paz». La paz ya ha sido ganada y el que la ha ganado la tiene, hasta sin necesidad de que se lo deseemos.


BILLETE SEGUNDO
http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008060500_42_643450__Asturias-Ingesta-alucinogena
Ingesta alucinógena

Igual que ocurre en la España húmeda tras unos días de sol, en la España seca las muchas lluvias de la primavera han llevado a la naturaleza a una condición pletórica e incluso a una cierta desmesura, que en algunos lugares llega a resultar selvática. Ajustado su modo de ser y su carácter a la carencia de agua, la circunstancial abundancia embriaga a las plantas, las saca de sus casillas, las vuelve locas. El caminante intenta dar cuenta de todo lo que ve, de la intensidad de los colores, que, con poca luz, tiñen la atmósfera, de la vehemencia de las flores, de la carnalidad del verdor, hasta que no puede más, pletórico también, desmesurado, sacado de sus casillas, invadido por la fuerza de cuanto le rodea. Esto se percibe en un desconcierto, un mareo, una confusión de la mente, un estado casi alucinatorio, o sea, los síntomas propios de cualquier embriaguez severa.


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Y aquí el blog de su hermano, con otros comentarios

http://www.sinlavenia.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

La vida sigue, los billetes, el periódico, los trenes...