2008/11/02

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN Y SUS GREGUERÍAS

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José Luis García Martín es un prolífico poeta, crítico literario y profesor de literatura en la Universidad de Oviedo. Vive relativamente cerca de tu casa y lo tienes visto parado en el que el mismo llama interminable semáforo de General Elorza, que de vez en cuando saca a relucir. Es también un asiduo de El Fontán, aunque más bien de la sección dominical de El Rastro, en donde es habitual encontrarlo a la rebusca de algún libro viejo. No, donde no lo encuentras es tomando una botella de sidra ni un pinchu de picadillo, pero es que El Fontán da para mucho. Además lo sigues porque viaja en tren a su Avilés, y tiene contado historias positivas y románticas de esos viajes, y de su recreación del paisaje a través de la ventana. Pese a que es un viajero empedernido por todo el mundo, él mismo confiesa ser una persona previsible, con su tertulia en un Yuppi, en la misma mesa de siempre, una de las que dan a la calle Rosal.

Últimamente te sorprende que en su especie de diario (en este caso correspondiente al 29 de octubre) incluya una buena lista de greguerías, que cada una daría para un amplio comentario de texto. Este domingo metió más de treinta y el artículo se ilustra con un motivo ferroviario de Pablo García, excelente dibujante de provincias.


“Una buena persona rara vez es interesante”

Un fiel lector de este blog te pasó el enlace del artículo que en EL PAÍS SEMANAL publica Javier Marías,

Sí, en el fondo están en la misma línea, parece que tiene más posibilidades de triunfar el descarado que pasa de cortesías.

“No hay buen acuerdo sin un gran malentendido”.

Y nuevamente piensas en el coro. Coincidiste en el cementerio con los padres de un antiguo alumno que jugaba a futbito en el mismo colegio que tu hija y en la misma época en la que ella cantaba en el coro. Esos padres también están resentido contra el colegio y contra la APA (dices “también” impropiamente porque tú no lo estás). Parece que nadie está contento con ninguna APA, pero mucho te temes que tendrán el mismo descontento que todos los ministros con el Ministro de Hacienda.

“Dios es tan perfecto que no necesita ni siquiera existir”.

Perfecto, hecho del todo, terminado, como si la palabra estuviera compuesta por el prefijo asturiano per (muy). Y no sabes si J.L.G.M. habló de existir en el sentido filosófico de contraponer esencia y existencia, lo inmóvil y lo que evoluciona. Dios. Después de tantas bibliotecas repletas de estudios teológicos, las mismas dudas de siempre asaltan al letrado y al iletrado, al nacionalista vasco y al pastor de la estepa rusa.

“Las mujeres nos salvan de la mujer”.

No sabes si tiene algo que ver que J.L.G.M. sea una enamoradizo convencido, mejor (o peor) para él. ¿Se refiere al eterno descontento? ¿al desengaño posterior a la conquista? ¿a la búsqueda de nuevas metas-mujeres?.

“No te creas nada de lo que te cuentas”.

Un buen final para un escéptico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He vuelto a leerlas, las greguerías claro. AluciAHORA Y alucinANTES
Salud