POESÍA EN EL MP3

Normalmente sales de casa enchufado a los auriculares del MP3, ese artilugio que tardaste en aceptar porque preferías la vieja radio de ruedas con una goma alrededor para sujetar la tapa, ya rota, de las pilas. Una vez que descubriste sus posibilidades (como grabadora, como radio, como reproductor de música y vídeos) no lo apeas.

Cuando te cruzas con alguien por la calle y te dice:

- ¿Qué? ¿Poniéndote al día?

Das una respuesta de cortesía, poco más que un expletivo, y que te perdonen los puristas de Alarcos Llorach.

- ¡Un hombre sin información es un hombre sin opinión!

¿Qué vas a decir? ¿Que oyes un poema de Claudio Rodríguez? Pues así es, a veces suena un poema de Ángel González o de Rafael Alberti o de Claudio Rodríguez o de Mario Benedetti o una canción de Atahualpa o de Chavela Vargas o del Cuarteto Torner o de Jarcha o del Nuevo Mester de Juglaría.

A veces suena, por ejemplo, León Felipe:



PRECEPTIVA POÉTICA

(pinchar arriba)

Poesía...,

tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...

II

Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.

III

Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de plañideras, mercenario.

IV

Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.

V

Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...
una pluma de amor en el costado.


Si oyes esto según vienes para casa y de noche abres un libro de Machado por la página que toca y habla de una teoría de la poesía no muy alejada de la de León Felipe, alguien podrá decir con fundamento que estaba tan preparado como lo del Quijote, pero la vida también son los sucesos estocásticos, aquellos que estudiaste alguna vez en lenguaje matemático con Don Félix Prendes del Busto y que ya no recuerdas exactamente que eran. Y dices “exactamente” para que parezca que recuerdas algo, cuando solo recuerdas el nombre, vacío de contenido, como esa poesía sin adornos que defienden León Felipe y Machado.