2009/05/20

FUNERAR

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Las incursiones en los viejos legajos dan su juego, por ejemplo, para ver las curiosas y cambiantes costumbres funerarias a lo largo de los tiempos, aunque no más que cualquier otro aspecto social, desde los lugares y los ritos de enterramiento hasta la desaparción del entierro como tal, porque no parece que pueda considerarse en-tierro ni en-terramiento meter a un paisano en un nicho.

Curioso que el cura siga diciendo al final de los funerales: “Y siguiendo la costumbre cristiana vamos a dar sepultura a…” y resulta que no se le da sepultura porque se le empareda o se le incinera, e incinerar debe ser costumbre hindú pero no cristiana, pero ¿para qué cambiar un ritual y unas palabras en las que pocos reparan?

Curioso que todo bicho viviente que se despida por el ritual católico haya recibido los santos sacramentos y la bendición de Su Santidad aunque la haya palmado instantáneamente en un accidente. No siempre fue así. Marchó para el otro valle por ejemplo el carpintero Julián García que murió el once de septiembre de mil ochocientos doce al caer de una pared en Pajares y “no recibió sacramento alguno porque a muy luego del golpe le sobrevino la muerte por haberse rompido (sic), a lo que parece, los intestinos”.

Tampoco recibió los óleos rutinarios Francisco Montero que murió con cuarenta años el quince de febrero de mil ochocientos trece y “no pudo recibir los sacramentos por haberle dementado una fiebre fuerte y sin intermisión, que a pocos días le acabó la vida, que ha tenido siempre inocente en el común concepto”.

No pudo recibir los sacramentos completos José García-Sierra, de quince años, porque cuando murió en Güetses (Buelles se escribía entonces) el dieciocho de marzo de mil ochocientos diecinueve “se confesó sacramentalmente y no recibió otro sacramento por no haber dado lugar la prontitud de la muerte después del aviso”.

Misma suerte o desgracia siguió Josefa del Requejo, de sesenta y dos años, que murió de muerte repentina el cuatro de junio de mil ochocientos diecisiete porque aunque “hacía tiempo que había estado enferma, los domésticos se disculpaban de este descuido con decir que pocos minutos antes de su fallecimiento no indicaba el menor peligro ni tener una novedad que en muchos días anteriores”.

Más triste el caso de María Pérez de treinta y tres años que murió de “un flujo fuerte de sangre” en un parto “aunque se me llamó para confesarla fue tan tarde que ya había expirado”.

Tampoco anduvo muy diligente la familia de otro Francisco Montero el catorce de abril de mil ochocientos dieciséis porque “recibió el sagrado viático, no la extremaunción por no haberse avisado con tiempo”.

Consta que a todos estos los funeraron sus padres o su viuda o sus hijos y es la primera vez que oyes o ves escrita esta palabra, que no figura ni en el diccionario, tampoco en el de asturiano, ni en Google. Encuentras una pista en el diccionario de latín. Funerare: enterrar. Fea y cacofónica palabra esta de funerar pero aquí queda, que también los feos y las (palabras) feas tienen derecho a existir.

Seguramente el cura, que tendría que argumentar por el incumplimiento de objetivos, dejó escritas esas frases para justificarse ante la terrible inspección arzobispal.

4 comentarios:

miner dijo...

Curioso que todo bicho viviente que se despida...

ex-viviente

belijerez dijo...

Interesante post. Ciertamente más de una vez me he fijado en esas palabras... dar sepultura...cuando ha sido en el cementerio la asumía más o menos. Lo fuerte fue la primera vez que asistí a la incineración de una amiga, me sentí fatal. Deduje que aquello no formaba parte de mi cultura (aparte de la tristeza del adios).
Respecto a la palabra en latín funerare, me encanta conocer la etimología de las palabras es un juego para mi interesante. Digo juego porque me resulta divertido, conocer los antepasados de las alabras.
Gracias por tu blog.

Anónimo dijo...

bueno pa quitar fierro al asuntu

Dos muertos que van de camino al purgatorio, charlan animadamente:
-¿Y tú de qué has muerto, si se puede saber?
-Yo es que tenia un problema con la bebida... -contesta el otro con pena-
-Claro, es que el alcohol es muy malo.
-¡Pues no veas la lejía!

Anónimo dijo...

no me digais que este tema ha sido el último?.Gatooooooo