2009/09/04

VENDER EL HUESO

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Todos los caminos llevan a Roma, y al Fontán también se puede ir en tren, por ejemplo si antes tienes que pasar por Correos. Entre ir caminando o utilizar el transporte semiurbano no ganas ni tres minutos pero te viene comprobar si los trenes siguen llevando ruedas y también visitar alguna estación, por ejemplo, Llamaquique. Esperando el tren te encuentras con un jubilado de Renfe que viaja a Ponferrada. Son las fiestas. Te dice que celebran la de la Virgen a de la Encina, que también es el 8 de septiembre.

Preguntas qué hay de típico. Además de las procesiones, se come el botillo. Estableces el parecido entre el botillo berciano y el chosco de Tineo o de Cangas de Narcea, que aunque en distinta provincia, están solamente separados por el puerto de Leitariegos y la sierra de los Ancares y comparten carbón por el subsuelo y carnes y costumbres en superficie. El botillo se diferencia del chosco en que aquel incluye los huesos, añadido que le sirve para entrar en el diccionario de la lengua, mérito que no alcanza el chosco.

Siempre habías visto una desventaja en los huesos, pero te cuenta que así como el pescado con espinas resulta más sabroso, lo mismo ocurre con las carnes, de ahí la superioridad del botillo, que no pierde la sustancia. Por eso nuestras antepasadas echaban un hueso a la pota para que tuviera “sustancia”.

Te vendió el hueso y casi te convenció.

El siguió ruta en busca del botillo
y tú te apeaste en pos del picadillo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

- Costilla y rabo de cerdo mínimo
Así mismo suele tener a criterio de cada elaborador, lengua, carrillera, paleta y espinazo
A todo esto se le añade el adobo correspondiente: sal, pimentón y ajo, y otras especies naturales, también en proporción adecuada Posteriormente se procede al ahumado - esencial -que se lleva a cabo con el humo producido al quemar leña de roble o encina durante al menos un día. Y finalmente se lleva a cabo el secado en las condiciones adecuadas.se pone a cocer en una olla, a fuego lento.

Tradicionalmente un botillo que pese un kilo deberá cocer unas dos horas. Cuarenta y cinco minutos antes de su plena cocción incorporamos la verdura (repollo- mejor el blanco-, o berza). Y por último, treinta minutos antes de la cocción, se añadirán las patatas y el chorizo fresco, también berciano, por supuesto. del Bierzo.
La salsa resultante, de exquisto color rojo, será el complemento ideal que dará color, aroma y sabor a las verduras y las patatas.
Se sirve en una fuente honda, con los aditamentos rodeando el botillo.
Quedamos en ello
Un berciano
Salud

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Solamente queda poner día y hora. El vino lo pone Buridán a cuenta de los beneficios del blog.

Umbriel dijo...

Si lo teneis a bién, me apunto, pongo fogón y mesa.

La_Nenina dijo...

jajajaja