2009/10/06

CRÍTICA GASTRONÓMICA Y ELEMENTOS ADYACENTES

Lees con desconfianza las críticas gastronómicas de los periódicos y, en general, los artículos escritos sobre y alrededor de los fogones. En alguna ocasión comentaste con algún hostelero que en determinada publicación no salía muy bien parado ese establecimiento que frecuentas las mañanas de los sábados. Te responde que sí, que ya recuerda, que el crítico era un fartón que quería comer gratis.

Si te topas en la prensa con un artículo del Presidente de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo, no esperas una imparcialidad exquisita. Cuentas con una ración de lamentos siempre dirigidos a presionar a esa misma Administración que critican por su excesivo intervencionismo.

Esperas que un periodista no eleve estrambóticas y no muy creíbles anécdotas a la categoría de noticias o a axiomas de fe. En fin, quedas vacunado para una temporada contra estos comentarios y comentaristas de pago.

La gente sigue consumiendo producto regional, pero en el caso de las familias llega la necesidad de recortar el gasto como sea y aunque se almuerce de plato del día y no más por aquello del excesivo gasto, la cena se organiza en el hotel con infernillo si lo exige el momento y a base de bocadillos de mortadela y mejillones en escabeche, nada de jamón de Joselito ni ventrisca de bonito en conserva de Eutimio. En todo este ritual ahorrativo, los propietarios hoteleros nunca observaron tantas migas y vino en tetrabrik como este año. Auténticas habitaciones con migas con aromas de caldo peleón para sorpresa de la gobernanta del hotel y recelo de los restaurantistas que se quedaron sin servir miles de comidas por ese afán de ahorro del turista accidental ante la supervivencia de contar con unas vacaciones.

La crisis aprieta pero no ahoga. El ahorro manda y el consumo de verdad disminuye. Y también la picaresca ahorradora. Si una familia de cinco personas acude a un restaurante a las 14 horas de un día cualquiera de verano, sólo demanda tres platos del día y una ración de croquetas. Con este condumio se alimentan los cinco miembros familiares y el propietario a verlas venir y a demostrar su profesionalidad. Otra familia o un grupo de amigos hacen lo propio con el ahorro y piden en una sidrería tres tapas, conformadas por quesos asturianos, lacón relleno y pollo al ajillo. Y todos, en justicia distributiva consumen esas cortas viandas para la tropa veraniega y además una de sidra. Ejemplos palmarios como los que enumero están a la orden del día.

¡Vamos, anda!

2 comentarios:

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

Con motivo del segundo aniversario de mi blog he convocado la II edición del Premio al mejor Blog Premio al mejor Blog, con lo cual estás invitado para participar en el proceso selectivo de los candidatos que aspiren al premio.

También, si lo consideras oportuno, te agradecería que dieses publicidad a esta II edición.

Anónimo dijo...

Cuando no invitas "todo incluido", al periodista "fartón de turno"... no te publicitan ni en La Farola, aunque seas el Bulli II.