2009/11/03

LOS FIGOS Y LA JUSTICIA MATEMÁTICA



Toca recoger los últimos figos de la temporada. Te durarán toda la semana, aunque tendrás que procesarlos a buen ritmo para evitar que acaben reciclados como materia orgánica.

Mientras los vas recogiendo meditas sobre la justicia con mayúsculas y con minúsculas, no solo sobre las sentencias de los grandes jueces sino, sobre todo, sobre las pequeñas decisiones de cualquier mortal. Si recolectaras con método, previamente tendrías que darte una vuelta alrededor del árbol, ver cantidad, tamaño y textura, cómo están de maduros y cuántos eres capaz de consumir antes de que una buena parte acaben en la basura.

Empiezas por el lugar de siempre y pronto te asaltan las dudas porque al principio cogiste unos cuantos muy pequeños y según vas dando la vuelta al árbol, ves que abundan los de tamaño y madurez considerables. ¿Qué hacer? ¿empiezas de nuevo? ¿rebuscas en el cesto y tiras los más pequeños? ¿a partir de qué tamaño?

Peor sería si la recolecta estuviera a cargo de dos. Imposible unificar criterios.

Piensas sobre las pequeñas o grandes decisiones de cada día: por qué se multa a este coche que va a 145 y no al que dos minutos antes pasó a 160; por qué se concede un crédito con dos firmas y se denegó otro similar con tres; por qué se concede una licencia para elevar seis alturas, si se denegó hace una semana en la manzana contigua para elevar cinco; por qué se aprueba a aquel muchacho con tres preguntas en blanco cuando se suspendió al otro con dos.

Mientras el cesto se va llenando de figos, caes en la cuenta de que esos mismos criterios son los que se utilizan para las grandes decisiones de la vida ¿incluso para conmutar una pena de muerte o para decidir donde se arroja una bomba?

Y así seguirá siendo mientras las decisiones las tomen los hombres y no las máquinas ¿o preferiríamos que se metieran los datos en la computadora y apretar nosotros el botón?

5 comentarios:

Umbriel dijo...

Yo hago una mermelada que alcanza buenas críticas y así no tengo que tirarlos, ¡son tan buenos los miguelinos!. Tienes que cambiar la medicación.

Karen Dinesen dijo...

¡Te adelantaste, Umbriel! Abrí para sugerirle la elaboración de la mermelada.¡¡Está buenísima!! Mi cuñado, que no desperdicia ni uno de la "figar" o "figal" del huerto del abuelo, se dedica a la química y no a las matemáticas. Quizás por eso la arbitrariedad en la selección y el destino de la recolección.

belijerez dijo...

Física o matemática, la justicia es otra cosa y pasa por el corazón......parece ser. ¿Era por el alma? La parábola de la higera siempre fue muy socorrida, y en tu caso preciosa.

Saludos.

La_Nenina dijo...

en el scoring!!! y sale conceder, denegar o duda, y si sale duda hay que elevar... y los de arriba... cuál será el criterio?

Juvenal dijo...

la próxima vez que me acerque a coger la fruta de un árbol......... me lo pensaré
No pensaba yo que recoger higos diera para tanta filosofía.
Menos mal que no te dio por recoger....melones!
Salud y bienestar