2010/01/14

LITERALMENTE PINGANDO

No lees EL COMERCIO en papel todos los días, aunque merecería la pena dedicarle más tiempo. Sí echas una ojeada diariamente a su edición de Internet para ver, como mínimo, qué pone de Oviedo, de la zona del Caudal y del transporte.

En los cinco años que trabajaste en la estación de Veriña (1982-1987) te aficionaste bastante a ese periódico, que siempre traía alguien de Gijón, porque tú llevabas EL PAÍS.

La regulación del tráfico ferroviario, aunque segura, no estaba tan automatizada como ahora y había que estar muy atento a los trenes de viajeros, a los torpedos de arrabio que iban y venían día y noche de las plantas siderúrgicas de Avilés a la de Gijón, a los trenes de carbón de La Camocha (ahora vía verde), al tráfico del Parque de Carbones, a los trenes de combustible del Puerto de Gijón, a la caliza y el cemento de Aboño, a máquinas aisladas y de maniobras que iban y venían, o vagonetas que enredaban a deshora. Pese a todo ese movimiento, siempre quedaban unos minutos, aunque sólo fuera para leer los magistrales comentarios de su director Francisco Carantoña. Crees que su impronta personal habrá sido la que dio aire a un periódico donde se palpaban la precisión y el rigor. El espíritu del maestro debe sobrevolar la redacción y lo ves a veces en los artículos más intrascendentes y de relleno.

Por ejemplo S. Neira y Azahara Villacorta son redactoras con tanto estilo que merece la pena leer lo que escriban de cualquier cosa.

En ese tiempo que te dedicas a ti mismo al mediodía, lees EL COMERCIO y ves una información municipal. Como la firma S. Neira, te adentras.

Habla de un lejano rifirrafe en el Pleno del Ayuntamiento de Oviedo. Llegas a la conclusión de que el concejal del PP Iván de Santiago es un grosero y un maleducado, por muy abogado que sea. No sabes qué hizo exactamente, pero sí que fue algo muy feo. No sabes si colgó a la concejala socialista Carmen Caballero ni de dónde la colgó, o si le tiró un caldero de agua, o si la escupió pero no un poco sino hasta quedar casi exangüe, o si saltó y brincó con ella (¡hombre, en un Pleno!), que todas esas cosas significa pingar, porque dice la redactora que Iván de Santiago puso “literalmente pingando” a la socialista.

Sólo se te ocurre decir:

- Nun sería pa tanto, ho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A estos si que tenían que ponerles una cámarara y retransmitirlos en directo.
Pero claro, si el mismo Alcalde ni está ni se le espera, pues vaya plan