2011/02/07

PELUQUERÍA FUNERARIA

Ahora que Egipto está tan de actualidad, podríamos recordar las prodigiosas técnicas de embalsamar que practicaron de antiguo. Preparaban al muerto para el gran viaje, lo acicalaban y dejaban en las pirámides o en una chabola lo que pudieran necesitar faraones o plebeyos, que todos tendrían necesidades. Hoy todavía, hay aquí profesionales que se dedican a maquillar al difunto de manera que quede presentable para la última mirada, aunque el muerto es sujeto pasivo y poco pinta ya.

Las costumbres cambian con el tiempo. Ya no se estilan los brazaletes de duelo ni el luto riguroso. Del negro se fue pasando al morado e incluso se acepta cualquier cosa que no sea estridente, y a lo mejor vale así también.

Pese a la relajación de costumbres, la familia doliente acude con los zapatos brillantes, faldas, blusas y pantalones correctamente planchados, los varones bien rasurados si no están dejando barba por esas fechas. Incluso los que van de pesarosos se acicalan lo suyo, lavan el coche si se precisa un desplazamiento y hasta se visita a la peluquera si la fecha pilla a una con la permanente caducada. Al fin y al cabo es una ceremonia.

Sin embargo, algo hay que decir si, para estar impecable en las honras fúnebres y actos conexos, el reciente viudo visita a su barbero de confianza estando su mujer córpore insepulto. Aunque salga de allí con mechas de alivio.

Somos crueles.

1 comentario:

miner dijo...

"Sale de la Peluquería hecho una momia" (Cuestión funeraria Egipcia)