2011/09/29

COMER Y BEBER EN COMPAÑÍA

No tienes el gusto de frecuentar ese ambiente, ni conoces al personaje, camarero en el Hotel Reconquista, pero lees la entrevista semi-rosa y te quedas con una frase. Llegó a conocer tanto a las personas que asisten todos los años a los premios «Príncipe» que ya sabe lo que le van a pedir, dependiendo de la hora o de las compañías.

Eso mismo te pasa a ti sin tener una gota de sangre azul ni pisar las alfombras del Hotel Reconquista. Lo que tomas depende de las compañías. Claro que a lo mejor las compañías dicen lo mismo de ti. Tú irías (casi) siempre de sidrería, pero te parece que vas muchas veces de vino. A ellos les parecerá que contigo siempre hay que ir de sidras.

Depende de las compañías de chateo, no entras a un bareto con los mismos que vas al bar pijo de moda, ni en uno y otro pides lo mismo.

Si de picar se trata, depende de experiencias anteriores con esas compañías, que te inclines a pedir por lo que te parece que ellos pidieron en ocasiones anteriores. Lo mismo para el vino, si recuerdas que en el pasado eligieron el de la casa, tú, por supuesto el de la casa está muy bien. Si haciendo memoria, preguntaron en su día por los vinos, tú sugieres un vinín rico que tengais por ahí.

Si sospechas que las compañías son de pasar del postre (por las pelas, mayormente, más que por los kilos), directamente un cafetín o una infusión. “Comimos demasiado, no nos entra nada”.

¡Ay, qué buena sería la soledad si no llevara a la tristeza de compañera!

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