2011/11/17

HOMENAJE CON EL CINTURÓN A CUESTAS


Se sorprende a veces la gente que no está en ello, de que andes pasando correos electrónicos a compañeros de los que os separa un tabique y a veces ni eso. Alguien saca conclusiones sobre el fin de la comunicación interpersonal o sobre el esnobismo de las nuevas tecnologías. No les causaría tanta sorpresa si estuvieran, como tú, leyendo a Tácito, en pijama, recién entrada la noche, justamente en el párrafo que dice “Mas Seyano, ciego del favor de la fortuna, y estimulado también de la mujeril ambición de Livia que instaba por el prometido matrimonio, escribió un papel a César: usábase entonces tratar los negocios con el príncipe por escrito, aunque estuviese presente”.

Ya te habías enfundado la ropa de dormir cuando telefonea tu mujer preguntando dónde estas. Toca una mentira piadosa.

- En la calle, cerca de casa.
- ¿Quedamos para tomar un vino?
- Donde digas (porque para una salida siempre hay que estar disponible).

Tan puntual quieres ser que te vistes a toda prisa y terminas de poner el cinturón en el mismo ascensor. Nadie tuvo ocasión de escandalizarse ni de sacar conclusiones descabelladas.

Te viene a la mente uno de las muchas anécdotas que tu padre protagonizó en vida, cuando viviendo en Fierros, en Las Vías, y no habiendo sonado el reloj o no lo suficiente, despertó cuando estaba pasando el tren por la trinchera de enfrente. El tren da un giro en los túneles de la montaña para embocar hacia el norte y tarda no más de tres minutos en llegar a la estación, los mismos que empleó tu padre en veloz carrera con el cinturón y más prendas menores en la mano, para terminar de vestirse en el tren que lo llevaría a trabajar a Ujo.


Quizá ya contaste la anécdota en otra ocasión, pero hoy viene a cuento porque precisamente andas tú con el cinturón en la mano, solo con el cinturón, el mismo día que se cumple el duodécimo aniversario de su muerte.

5 comentarios:

sigrid dijo...

gracias por escribir este texto tan bonito y tan agradable.

La_Nenina dijo...

Güelito, un grande! Papá, más!

Óscar dijo...

Mu bueno, me cagüen la pastora!!

Óscar dijo...

Mu bueno, me cagüen la pastora!!

Anónimo dijo...

"El sentido de tu buena lección será el guardian de mi pecho". W.S
Charo