2012/01/18

LOS ENAMORAMIENTOS, de Javier Marías

Aquí quedan unas frase sueltas sacadas del último libro que leíste, que trata del amor, de los amores, pero también de la muerte, tan inseparables, la muerte también como final del amor.

Cabe una meditación sobre cada párrafo, sobre cada frase. Javier Marías, al que sigues como articulista denso y refunfuñón, transmite la misma densidad a sus obras más largas. Javier Marías podría descomponer esta novela en cientos de artículos y seguramente le daría más rendimiento económico que la novela en su conjunto, pero le sobra talento creativo y no repara en estas minucias.

Una de los datos que no pasas por alto en una novela es el porqué del título. Crees recordar que solamente en una ocasión aparece la palabra enamoramientos, únicamente como posible traducción a una frase de “Los tres mosqueteros”. Javier Marías ejerció de traductor durante años y no falta nunca alguna alusión en sus obras. En este caso parece como de pasada pero sirve para sembrar sobre los enamoramientos un atisbo de ambigüedad. “Inocente y embriagadora chiquilla de dieciséis, bella como los amores, o como los amoríos, o como los enamoramientos.”

“Tendemos a desear que nadie se muera y que nada termine, de lo que nos acompaña y es nuestra querida costumbre, sin darnos cuenta de que lo único que mantiene las costumbres intactas es que nos las supriman de golpe”.

“Claro que podría volver a casarse, sin embargo no lo veo muy factible. Me imagino que sobre todo pasada la desesperación inicial, pasado el duelo, y esas dos cosas duran mucho, sumadas, le daría una pereza infinita todo el proceso. Ya sabes: conocer a alguien nuevo, contarle la propia vida aunque sea a grandes rasgos, dejarse cortejar o ponerse a tiro, estimular, mostrar interés, enseñar lamedor cara.”

“Con el paso del tiempo, lo que ha sido debe seguir siendo o debe seguir habiendo sido, como sucede siempre o casi siempre, así está concebida la vida, de manera que lo hecho nunca puede deshacerse ni desacontecer lo acontecido; los muertos han de permanecer en su sitio y nada debe rectificarse”.
(Se trataba de alguien al que habían dado por muerto y su difunta había rehecho su vida)

“Cuando uno desea algo largo tiempo, resulta muy difícil dejar de desearlo, quiero decir admitir o darse cuente de que ya no lo desea o de que prefiere otra cosa”.

Para el final de los enamoramientos, comienzan las acciones por delegación, la acción destructiva del desamor.

“El divorciado acaba por persuadirse de que su exigencia mezquina y la saña no son suyas, sino de su abogado. Los actores y los escritores de fama los toreros y los boxeadores se disculpan por las pretensiones económicas de sus representantes o por las trabas que ponen, como si éstos no obedecieran sus órdenes ni trabajaran a su dictado. El político ve en la televisión o en la prensa los efectos de los bombardeos que él ha iniciado, o se entera de las atrocidades que su ejército está cometiendo sobre el terreno; niega con la cabeza con desaprobación y con asco, se pregunta cómo es que sus generales son tan bestias o tan torpes, cómo es que no pueden controlar a sus hombres en cuando empieza la lucha y los pierden un poco de vista, pero jamás se ve como culpable de lo que pasa a millares de kilómetros”.

No puede faltar una alusión a la duda, a las dudas.

“Me di cuenta de que cuanto más me contara más dudas tendría, y de que no lograría salir de allí sin ninguna, es lo malo de dejar que la gente hable y se explique y por eso trata de impedirse tantas veces, para conservar las certezas y no dar cabida alas dudas, es decir, a la mentira. O es decir, a la verdad."

Por último, como un regusto amargo, el poso que queda después de cualquier libro apasionante. ¿Cuánto tardarás en olvidarlo?

“Mientras uno escucha o lee algo tiende a creerlo. Otra cosa es después, cuando el libro ya está cerrado o la voz no habla más.”

Pues eso.

1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Estoy oyendo y leyendo muy buenos comentarios de la última obra de Marías y la verdad, no sé si atreverme de nuevo. Le abandoné en 'Corazón tan frío', y tanto, frío, y pausado... Pero siempre es bueno cambiar de opinión o, al menos, intentarlo. Saludos!!!!