2012/09/26

NO ES FÁCIL

No es fácil concentrarse en la lectura del periódico en la barra del bar si no quieres perder detalle de quien entra o quien sale, o de otras cuestiones menores. Cuando el tiempo es limitado no sabes a qué noticia o a qué artículo de opinión dar preferencia, máxime si ese tiempo te lo roba el análisis de algunas fotos o algunas viñetas.

No es fácil saber si la foto de la portada de El PAÍS, una foto intensa y expresiva, es un fiel resumen de lo ocurrido alrededor del Congreso de los Diputados o es una puya contra el Gobierno del Partido Popular. Distingues nítidamente ocho cascos de policías contra un manifestante que esgrime su rabia como arma de ataque o de defensa, tampoco es fácil concretar este extremo.

No es fácil cruzarse de brazos y considerar irremediable que Cataluña deje de ser parte de España si avanzan las tesis soberanistas con o contra la ley, tal como afirmó el President Artur Mas.

No es fácil interpretar racionalmente la frase del rey sobre el “abatimiento infecundo” en el que no podemos caer. No es fácil pensar que frase de tan enrevesada pronunciación se le haya ocurrido a su majestad; tuvo que ocurrírsele a un enemigo “de Zarzuela”. No es fácil imaginar cómo puede ser fecundo un abatimiento, salvo que el resultado de la fecundación sea un engendro.

No es fácil leer en un minuto el artículo de opinión  “Por qué el Islam”, que intenta explicar por qué de la negritud africana no surgió ningún levantamiento político o militar contra Occidente, por contraposición a lo que ocurre en el África árabe, y no es fácil si al lado tienes una japonesa que observa con detalle el escanciado y el consumo de la sidra, y para ti no es fácil admitir que los vecinos de al lado, anfitriones de la japonesa, después de agotar la botella de sidra-selección, dijeran que estaba mala, y no lo hubieran advertido al segundo culete.



No es fácil admitir los sapos (y los vómitos) que tuvieron que tragar las gimnastas de natación sincronizada para llegar a lo más alto (en este caso a lo más bajo), pero es el viejo debate nunca resuelto sobre el fin y los medios.


Para aclararte ante tanta duda no te vendrían mal unos ejercicios espirituales (ejercitar el espíritu, no más), un poco de re- o auto-flexión, pero los acontecimientos se acaballan unos sobre otros y casi no queda margen más que para pagar la sidra y marchar.



2012/09/24

SI PASA ALGO

Por desgracia casi siempre tenemos algún conocido a punto de pasar a mejor vida, y cuando se sospecha que “la hora ya está cumplida” (Anónimo/Amancio Prada) surgen los encargos de avisar a terceros interesados. El problema es buscar la palabra concreta. Normalmente la frase hecha es:

-         Avísame si pasa algo.

No quedas del todo conforme con ella, en particular si el destinatario directo del encargo es un ser querido del enfermo. Ya se sabe qué es lo que tiene que pasar, pero decir “avísame si muere Fulano” resulta demasiado brusco.

Por descontado, quedan descartadas otras fórmulas como “llámame si la palma”, salvo si se trata de tirar voladores o declarar tres días de fiesta, como alguien sugirió días atrás por la muerte de Carrillo. Tampoco pensamos en óbitos que acaecen ni otros cultismos.

Desechados los ejemplos anteriores, y otros como  palmarla, fallecer, irse, fenecer, expirar, cascar, llegar la hora, perecer, espicharla, ir para el otro barrio, acabar, caer,  se ofrece recompensa para sinónimos eufemísticos con los que no sentirte incómodo.

TIAGÓN

Hacía unos sábados que no ibas por El Fontán a dar cuenta de la consabida botella de sidra y de su inseparable pincho de picadillo. Como quedó registrado por aquí, que no fueras un sábado no quiere decir que no acudieras entre semana por si acaso, pero no es lo mismo el sucedáneo que el original.

Este sábado tocó, ¡qué mejor cosa que hacer lo de siempre para celebrar las fiestas de la ciudad! Tomaste asiento en la zona preferida, abriste el periódico y a la vez que ojeabas los titulares, ibas observando el panorama. El camarero de la zona parecía haberse levantado con el pie izquierdo, pero al llegar a la página dos, la de la viñeta, cambiaste de idea y cavilaste sobre otra hipótesis que podría explicar su malhumor.

El buen tiempo y las fiestas de San Mateo aumentaron el poder de convocatoria alrededor de la plaza porticada donde Tigre Juan ejerciera imaginariamente su oficio de curandero y sangrador, y donde muchos años después un paragüero real remendara potas y enhebrara varillas. Pasados real e imaginario quedaban bajo tu campo de visión.

Sin que te percataras de verla llegar caminando (espectáculo que te perdiste) se sentó de espaldas y delante de tu mesa una que en su día fue moza, más o menos cuando tú, con la que coincidiste en otra plaza porticada, la de la Facultad de Derecho, con la estatua del Inquisidor Valdés Salas vigilando desde su peana para que no te excedieras en la inspección. No era de las adscritas a tu preferida raza de las musguinas, sino a la de las resultonas. Pequeña de estatura, de párpados caídos que insinuaban tristeza, proporcionada de facciones, de labios carnosos y, sobre todo, de andares lentos y pasos marcados que conseguía contorsionando ligeramente sus caderas bajas hasta lograr un movimiento uniforme y cadencioso como el de las bielas de una máquina de vapor. Más que caminar, se desplazaba, al tiempo que colocaba al gusto su media melena con un leve giro de cuello. El único pero eran los envidiosos besos con su pareja de entonces. Nunca le dirigiste la palabra, pero no sabes lo que habría pasado este sábado si no estuvieras también atento a ese cliente habitual de vida y nombre ignorados que merodeaba entre las mesas como alma en pena mirando si quedaba algún hueco libre.

Te sentiste solidario con él, te pusiste en su lugar y, como no esperabas visita (la moza de las caderas ya estaba con una amiga, la legítima estaba entretenida con otras labores) le invitaste:

-         Si quier sentase aquí...

Aceptó. Mientras se rompía el hielo, seguías escudriñando a la moza de las caderas bajas. Sus manos eran morenas, nudosas, decididas, de abundante piel gruesa, con las uñas cortísimas, pero no mordidas. Nunca pasas por alto las manos de las mujeres.

Comenzaste a charlar con el nuevo compañero de mesa, que resultó ser ayerán de Boo. Repasasteis conocidos comunes de su valle, otro tanto de la zona de Fierros; también de Abengoa, donde trabajó varios años; del pozo Polio y del Santiago, donde estuvo de picador.

-         ¿Del Santiago? Allí picó y estuvo de sindicalista el mi amigu Salinero. ¿Lo conoces?

Aquello fue el acabóse. Pegamos un cariñoso repaso a la vida, logros, milagros y juramentos de Salinero.

-         ¿Por qué nombre te conocen?
-         Santiago, Tiagón.

La lectura de la prensa quedaría para la tarde.

2012/09/21

A TRAVÉS DE

Estos días anda o, por mejor decir, está quieta tu hija con un collarín, de resultas de un accidente automovilístico de consecuencias leves pero latosas. Está encomalo, por decirlo en un bable de tu zona.

Por ese motivo su casa es un desfile de amistades de sus variopintos círculos, que dan lugar a curiosos intercambios de historias y anécdotas. Alguien cuenta cómo queman los secretos dentro de uno, por ejemplo al enterarse de algún hecho noticioso generalmente próximo a las costumbres amatorias: que Fulano tiene pareja, que Mengano ya no la tiene, que Zutana se declaró lesbiana y otras cuestiones de esa enjundia. Hace unos días en una asamblea ferroviaria un exaltado compañero gritó que desde hacía unos días le picaba el culo por hacer algo gordo. A unos les pica el culo por armar una barricada, a otros por soltar un secreto, a ti  por desarrollar una idea a la que llevas dando vueltas unos cuantos días, desde que en esas conversaciones de convalecencia te interesaste ante una especialista en fecundación in vitro, por el procedimiento de obtención del imprescindible aporte masculino.

La especialista contestó que idéntica pregunta se la hacían los aspirantes a padres y que se les contestaba con la fórmula establecida:

- A través de masturbación.

Con tal desconcertante laconismo los interesados quedan ruborizados y muy o más turbados. Tú no tenías espejo a mano para comprobar los efectos, pero algún calor y algunos colores subieron cuello arriba.

Desde ese día tienes atravesada esa locución adverbial, y tropiezas permanentemente con sus parientes atravesar, travestido, transversal, travesera, travesura, travesía, travesaño, palabras bien traviesas todas ellas. Sin ir más allá, hoy en la interminable saga/fuga de J.B. te encuentras con “La leyenda dice que aquella noche fui visto en La Rúa Traviesa, y, algo más tarde en la Plaza, quieto, mirando al mar”. Hace unos días leías en las páginas rosa de la prensa seria una intervención de la Duquesa de Alba en el contencioso entre su hija Cayetana y el torero Fran Rivera. Dentro continuaron sus padres, en una vista que se alargó hasta cerca de las 12 de la mañana, y en la que también se pudieron escuchar las palabras de la duquesa de Alba, quien, a través de un escrito, defendió a su hija.


Bien contradictorio es el a través de. Mal se entiende ya a la duquesa, pero se escucharon sus palabras a través de un escrito y te quedaste pensando si la lectura pública se declamaría con su misma entonación de sangre azul o si al pasar a través de ganaría enteros.

Hasta ahora a través de era para ti una fórmula neutra, indicaba un tránsito, un camino que imaginabas recto para llegar de A a B, no necesariamente tortuoso ni transversal, pero el origen de la palabra te remite a otra idea.

No puedes quedar conforme con esta duda y acudes al viejo Vox latino. Transversus, de transverto, pero el verto y verso latinos son primos hermanos, y verso es dar vueltas, agitar, perturbar (qué cerca de conturbar y masturbar), y verto hacer girar, explicar sutilmente (a través de masturbación, a través de masturbación), verter, como con equívoco origen hacemos derivar el onanismo del mismo Génesis cuando leemos en el capítulo 38, versículo 9 "Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, si bien tuvo relaciones con su cuñada, vertía a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano".

Sin duda, el manual de comunicación del centro de fecundación in vitro no puede ser más acertado.

2012/09/20

ISABEL PALACIO SERÁ LA DIRECTORA DEL HUCA


Te enteras de que la doctora Isabel Palacio, oncóloga, será nombrada directora del Nuevo Hospital Central de Asturias.

No tienes ni idea de si como oncóloga era buena, mala o del montón, ni si en los puestos de gestión que ocupó al dejar la primera línea de atención médica, siguió con parecida nota. Solo la conoces de la época en la que atendió a tu padre y el recuerdo que conservas de entonces es excelente, simplemente por el trato humano y por la paciencia que mostraba y demostraba.

No tienes de todos el mismo recuerdo. Algún cirujano muy profesional resultó distante. Ese recuerdo queda grabado también.

Como de vez en cuando aparecía el nombre o la foto de la doctora Palacio en los periódicos, no le perdiste la pista. Además, es frecuente encontrarla con su marido o pareja dando una vuelta por El Fontán algún sábado por la mañana. También pulula por allí el cirujano. Como mercado que fue y es, en El Fontán hay de todo.

Quizá en su nuevo puesto encargue o se rija por estudios que racionalicen (recorten) el tiempo dedicado por los especialistas a los pacientes. Posiblemente entonces los profesionales tengan más difícil transmitir esa sensación de cercanía hacia los pacientes y sus familias.

Además de suerte le deseas que no se cumpla todavía en ella y con ella la ley de Murphy.

2012/09/19

SANTIAGO CARRILLO

Haciendo tiempo lees en El Comercio las valoraciones que distintos personajes de la vida pública dedican a la vida y obra de Santiago Carrillo. Muchas de ellas no sabes si encuadrarlas entre el sector críptico o el conceptista, si no son lo mismo.



http://www.elcomercio.es/20120919/mas-actualidad/politica/respeto-admiracion-muerte-santiago-201209190043.html


Por ejemplo el diputado en el Congreso Enrique Álvarez Sostres, de nuestro querido Foro señala que quieren poner en su justo valor su figura política. Aquí te entra la duda de si poner en su justo valor es algo más que poner en valor. Teniendo en cuenta que poner en valor viene a ser promocionar, hacer campaña para vender más ¿quiere Foro comercializar las obras completas de Santiago Carrillo? podría suceder que la frase quisiera decir lo contrario porque poner en su justo valor, si este valor es cero, sería decir que la aportación de Carrillo fue cero.


Al Presidente del Ateneo Jovellanos lo que más le sorprendió fue la amabilidad y la corrección de don Santiago. Normal, porque aunque gracias a Peridis nos lo figuramos saliendo de la alcantarilla y fumando un pitillo, tiempo atrás era la encarnación del mismo demonio.


Para el historiador David Ruiz fue un político precoz y profesional. La profesionalidad tiene también un significado ambivalente. No sabes si lo compara con nuestra reina, de la que se dice que es muy profesional o es un denuesto por no trabajar en otra cosa, que no es poco para quien dedica una buena parte de su vida a promover las libertades.


Para Juan Cueto fue fundamental, ahí es nada. Si fundamento es el principio sobre el que se cimienta y desarrolla cualquier cosa, poco más se puede decir.


Quizá las palabras más cautas sean las de Gonzalo Anes, presidente de la Academia de la Historia, para el que es imposible saber ahora cómo se le recordará. A Franco hizo lo posible para que se le recordara bien eligiendo para el artículo del Generalísimo en el Diccionario de la Academia a un biógrafo de confianza. Tiene razón Anes. El tiempo dirá cómo se recuerda a cada uno

2012/09/17

DESPEGADONES

Este sueltillo es un ejemplo de inconsistencia y de banalidad. De inconsistencia porque habiendo partido de una noción preconcebida, cambiaste de idea según ibas rellenando líneas. De banalidad porque estando convocada para este lunes una huelga y manifestaciones en  distintos puntos de la geografía en defensa de un ferrocarril público, es una frivolidad tocar tangencialmente, valga esta última redundancia, un aspecto colateral del ferrocarril y de los ferroviarios. Sobre qué hacer (Lenin dixit) y qué se puede hacer individual y/o colectivamente ante una ley que está ya en periodo de vacatio legis y que traerá consecuencias organizativas importantes, especialmente en tu ámbito geográfico y funcional, no lo tienes nada claro, pero esto merece entradas posteriores.

Vamos al asunto marginal.

En unas declaraciones de pasada, Marcelino Oreja, ya ex presidente de FEVE, habla sobre el apego a la empresa en Renfe y en FEVE.

«Me habían dicho que el ferrocarril engancha y es cierto; me voy pero quedo muy relacionado con Feve y comprendo que el apego que le tienen sus empleados y usuarios es mayor que en Renfe».


Como te pareció una declaración sin fundamento y de cara a su (ex)galería, estuviste dando vueltas al asunto.

Para no fiarte siempre del Diccionario de la Real Academia Española, echas mano del María Moliner para conocer con mayor precisión qué es el apego. Lo define como el cariño o gusto por una persona o cosa. El cariño y el gusto no son lo mismo, pero si sigues analizando en qué consiste cada uno de ellos, en qué se parecen y en qué difieren, ocuparías varios folios con el riesgo adicional de entrar en un bucle sin salida. Sirva entonces tu propia noción intuitiva, un punto intermedio entre el cariño y el gusto, algo más próximo a aquel.

A lo largo de su deficitaria vida, Renfe tiene encargado numerosas encuestas de clima laboral y no recuerdas si alguna vez se preguntó por el amor, el cariño, el gusto o el apego a la propia empresa y si esas variadas expresiones de afecto se valoraron en una escala de cero a diez. También se encargaban, antes de la crisis mucho más que ahora, encuestas entre los clientes, pero se les preguntaba por el la climatización, por los precios, por la puntualidad, por las mezquindades prácticas y por las urgencias, raramente por lo importante, por el apego. En consecuencia, extraer conclusiones sin estadística tabulada es labor harto complicada para el sociólogo de guardia.

Que los usuarios sean capaces de trascender el interés de la pura compraventa mercantil, compraventa de un servicio en este caso, hasta sentir apego por una empresa de transporte, no deja de sorprenderte. Para ponerte en su lugar, piensas si sientes apego por Pescados Basilio, por Cortefiel, por Alimerka, por Vodafone, por MAPFRE. No, aunque te presten en ocasiones un buen servicio, otras para olvidar. Que desde el punto de vista de un consumidor, la ejecución preferente o mayoritaria de compras sea indicador de un mayor apego, lo descartas, porque más bien se trata de interés puro y duro. Se valora el precio, quizá la prestación, y en tanto nos convienen, mantenemos el apego. ¿Por qué me quieres, Andrés? Por el interés. Si aquellos se alteran, adiós apego. De todas formas te entran dudas de última hora en relación con los llamados servicios: ¿Se puede tener apego a un hotel, a un bar (sobre todo si tienen pinchos de picadillo)? ¿Por qué no, entonces, a una empresa de transportes?

En cuanto a si quieren más a su empresa los empleados de Caja Cantabria o los de la Caja del Penedés, los del Más y Más o los de El Árbol, los del Aeropuerto de Barajas o los del Prat, te parecen medidas imposibles. Por retomar, solo de pasada, la idea/disculpa del principio, el descontento laboral manifestado a través de la conflictividad pública no es necesariamente un criterio válido de medida. Se convocan más huelgas en Renfe que en El Corte Inglés, y no por eso serías capaz de asegurar que un empleado de El Corte Inglés tiene más apego a su empresa que el follonero de Renfe.

Puestos a pensar sobre si el tamaño de las empresas puede ser un factor a considerar de cara al apego, no lo descartas. Si la pequeña o mediana empresa no es opresiva, cabe una identificación mayor. ¿Vale entonces asimilar identificación y apego? Si es así, el tamaño sí importa, de manera que por esta vía, al ser (casi haber sido) FEVE una empresa menor que Renfe, cabría un mayor apego, máxime al haber sufrido Renfe varios fraccionamientos en la última década.

Querrías aferrarte a la noción preconcebida, pero la meditación te obliga a dar una vuelta (expresión de moda) a la idea del ex presidente de FEVE, dicha de otra forma, de que los trabajadores y usuarios de Renfe son más des(a)pegados que los de FEVE, unos despegadones.

2012/09/15

LAS NECESIDADES

Ante la rotura de una presa en Cabrales con fatales consecuencias, las peores la pérdida de vidas humanas, un alto directivo de la eléctrica dueña del canal prometió a los afectados que la empresa cubrirá sus necesidades.

¡Ay las buenas palabras que se dicen en estos casos! Las partes se acabarán viendo en los juzgados, entonces será ya a cara de perro, no habrá más remedio que poner las cartas boca arriba, lo que reclaman unos, lo que ofrecen otros. Demandarán los actores unas cantidades para que no vuelvan a ocurrir hechos así, siempre se dice lo mismo. La defensa aportará cálculos actuariales sobre esperanza de vida, el previo estado de salud de los fallecidos, nada que no ocurra siempre. Tristes papelones.

Esas palabras iniciales, además de aparentar buena intención, demuestran un sibilino manejo del lenguaje. Cubrirán las necesidades, pero ¿qué necesidades? ¿qué son las necesidades? Necesidad es carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida. Necesidad es también lo contrario de contingente, es decir, lo que puede suceder o no suceder. Sucedió la rotura de la presa y se convirtió en suceso y al suceder generó unas necesidades que la empresa atenderá según sus medidas y comedidas palabras.

Lo malo es que las necesidades tienen también un componente escatológico, en el peor sentido de la palabra, las porquerías humanas que se evacuan, y alguien acabará pensando que eso es justamente lo que en concreto se ofrecerá, las necesidades que se atenderán.



2012/09/14

LEER PARTIDOS

Desde las gradas de un campo de fútbol o más probablemente por televisión, cuando ves un partido puedes disfrutar, aburrirte o alternar esas u otras sensaciones. Disfrutas si ves buenas jugadas, combinaciones, toques, habilidad, esfuerzo, pero también si gana alguno de tus equipos. Aunque esté feo decirlo, también pasas un provisional buen momento cuando gana otro cualquiera si el resultado favorece a uno de los tuyos.

Ya lo dijiste al principio, tú ves un partido. Sin embargo, hay gente que cuando mira no ve sino que lee o, al menos, eso dicen los inspirados comentaristas al referirse a los jugadores. Por muchas horas que pases en el campo o delante de la pantalla, verás movimientos, a veces coordinados, a veces inconexos, pero raramente distinguirás estrategias, salvo ataques en tromba o una aplicación estricta del fuera de juego, pero no te percatas de si tu equipo o el contrario intentan estirar o estrechar el campo. También cabe, por lo leído, estirar el equipo. Es lo que parece que dijo Xavi a Soldado, autores respectivos de la asistencia (nueva acepción importada del baloncesto para un pase de gol) y del tanto contra Georgia hace unos días.  Tú viste carreras, intentos, disparos, pero de estirar el equipo nada de nada. Al igual que en el mercado hay gafas de 3D, habrá que conseguir unas para leer el fútbol entre líneas.

En medio de esa incapacidad para producir ocasiones de gol, Xavi empezó a darle indicaciones a Soldado, impaciente porque no le llegaban balones francos para el remate. Había empezado el delantero del Valencia a alejarse del centro del ataque y a caer a las bandas. Xavi le corrigió. “Me dijo que tuviese paciencia y que intentase estirar el equipo para dejar movimientos para ellos”, confirmaba Soldado tras el partido.

2012/09/13

ENHORABUENA AL BANCO DE ALIMENTOS sin retintín

Te enteras con alegría de que acaban de conceder el premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la Federación Española de Bancos de Alimentos. Es una gran noticia, no solo por el premio en sí sino porque conoces gente que se dedica en cuerpo y alma a ese Banco, un banco bueno, menos mal. Conoces de primera mano algunas circunstancias de las horas previas a la deliberación final y te das cuenta de la importancia de los gestos y del llamado lenguaje no verbal. Contra lo que la buena o ingenua gente pueda pensar, no se convoca el concurso, se mandan unas instancias, se estudian con detalle, van pasando sucesivas eliminatorias y, tras reñida votación final, se decide el ganador. No, hay que dedicar su tiempo a trabajar a o alrededor de influyentes personajes de la vida política, económica y social; y los días anteriores sin tregua.

Quiso el azar que esta mañana leyeras unos breves diálogos en la ya dilatada lectura de La saga/fuga de J.B.  de Torrente Ballester. El primer párrafo que reproduces se refiere al esperpéntico funeral de un personaje que asistió de cuerpo presente pero vivo, a la ceremonia celebrada por la salvación de su propia alma.

-         ¿Qué le pareció el sermón?
-         Estupendo
-         Es una pieza perfecta, lo reconozco.

Unas líneas más abajo se alude a un artículo periodístico que cuestiona sesudos estudios anteriores que ponen en duda la existencia de Castroforte de Baralla y sus míticos personajes.

-         Por cierto, que me gustaría leer ese artículo que usted escribió y publicó en el diario esta mañana.
-         El periódico por ahí anda.
-         ¿No querría usted leérmelo? Su voz debe añadirle mucha fuerza.

¿Qué añade la lectura en voz alta a la lectura en silencio? Te lo aclara una azarienta lectura del Diario Oficial de Extremadura, que publica la convocatoria de un premio de lectura auspiciado por la Consejería de Educación y Cultura de esa Comunidad. El ganador se verá recompensado con quinientos euros. Una declamación bien pagada.


Pues bien, el jurado deberá considerar la articulación, la fluidez, el ritmo, la expresividad y el volumen.  Para dar también la razón a Torrente Ballester habría que añadir, la fuerza. Fuerza, fluidez, ritmo, expresividad, volumen y tesón necesitan los premiados para hacerse camino, en la lectura y en los Premios Príncipe de Asturias. También en la vida.

En fin, ya sin retintín, tres buenas noticias: la placentera lectura de un libro, la convocatoria de un galardón por leer en voz alta y el premio Príncipe de Asturias al Banco de Alimentos.

(Para celebrar los premios patentas el neologismo azariento).

2012/09/11

EL QUE REGALA BIEN VENDE…SI EL QUE RECIBE LO ENTIENDE

-         No callas con El Reúndu, no callas con El Reúndu, hoy vamos a parar en El Reúndu.

El Reúndu es un bar de Campomanes, no de la calle que Oviedo dedica al hacendista asturiano, sino del pueblo de Campomanes, concejo de Lena. El Reúndu lleva un montón de meses en obras,  y el tejado, como si fuera naturaleza viva, cambia de color cada cierto tiempo. Estas semanas lucía un verde impermeable o impermeabilizante.

Que no callas con El Reúndu es una evidente exageración. Toleras el comentario de tu mujer por el bien de la armonía conyugal.

En definitiva este sábado hicisteis una parada en El Reúndu, en obras y todo, que no es óbice para poder observar, a través de un cristal, cómo las brasas van dando color a un prometedor cordero a la estaca. Queda anotado para una próxima visita.

Con la botella de sidra os sirven de aperitivo un platín de media docena de mejillones, de un tamaño más que curioso para tratarse de una cortesía, condimentados con una salsa no escasa de alegría. Cuando estabais a la mitad de la consumición, acercaron otra media docena de gambas. Es entonces cuando tu mujer se acordó del refrán que da título a estas letras.

Como hubo que pedir otra botella, dio tiempo de saludar a ese pariente lejano que te puso al corriente de un evento que tendrá lugar en Fierros dentro de nada: unos amigos preparan un homenaje-sorpresa a un jubilado cuyo padre estuvo de jefe de estación en tu pueblo natal por los años cincuenta. Habrá que hacerse el encontradizo por si conserva fotos antiguas. Cuando ya marchabas, quien compartía mesa con este lejano pariente, se levantó para saludar:

-¿No me conoces? Estuviste en mi casa.

Como no lo conocías de antes y tampoco lo habías vuelto a ver, en un primer momento no caíste en la cuenta, pero sí cuando te recordó lo del carnet de la madre. Sin embargo, lo primero que te vino a la mente fue el vino de reserva que te regaló en aquella ocasión y que tardaste un tiempo en descorchar.

-         Ya caigo, estuve charlando con tu madre para que me contara cosas antiguas de la familia. Yo sigo con el árbol genealógico. Ella entonces tenía noventa y nueve años y todavía cosía ¿sigue cosiendo?
-         Acaba de cumplir  ciento uno, está un poco más pachuchina.

Te recordó un detalle que habías olvidado y que surgió a raíz de aquella visita. Esta mujer era viuda de un represaliado político depurado y expulsado de Renfe. Años más tarde le reconocerían algunos derechos, entre otros el de su viuda a gozar de un pase para viajar, que tramitaste acto seguido. Algo a lo que tenía derecho, aclaras. Ese carnet tenía para ella un valor sentimental y nunca llegó a viajar con él. Dice su hijo que todavía sueña con subir al tren algún día, aunque solo sea para ir hasta Gijón y dar la vuelta.

Más difícil será investigar el encargo recibido esa mañana: el accidente ferroviario en el que su abuelo sufrió lesiones irreversibles cuando un tren se escapó puerto abajo allá por los años treinta y unos cuantos guardafrenos y mozos de tren se tiraron en marcha con peor suerte todavía.

El que regala...bien vende si el que recibe lo entiende, pero lo mejor de todo los buenos recuerdos.

2012/09/10

LA INCÓMODA BASURA

Hace unos días, según pasabas por la calle Campoamor de Oviedo, área de ciudadanos presumiblemente bien educados dada su proximidad a la principal calle de la ciudad, veías a una señora caminar con una bolsa de basura de considerable tamaño, que acabó depositando muy cuidadosamente encima de esas papeleras verdosas y cilíndricas típicas de la capital. La colocó con sumo esmero procurando que el orificio circular de la papelera quedara debidamente sellado, no fuera a entrar alguna porquería más. Era por la tarde y no faltaría mucho para la hora vespertina de los cubos de la basura. Por aquello de buscar una circunstancia atenuante, quizá la señora iba a salir de viaje y se vio en la necesidad de deshacerse de los detritos, a todos nos pasó alguna vez, pero afogar de esa forma la papelera…

Esa misma  tarde pasaste por el Alimerka. Un niño travieso correteaba descuidadamente por los pasillos y tropezó con un cartel que marcaba el precio de unos melones o unas sandías y el rótulo acabó en el suelo. El niño, intuitivo sabedor de que algo hizo mal,  avisó del leve suceso a la que supones su abuela, señalando con el dedo:

-         Lo tiré al suelo, lo tiré al suelo.
-         Luego lo cogemos.

Estuviste atento por si después de que la abuela y el niño terminaran las compras en la zona de la frutería, se acordaban del cartel. En el suelo quedó y el niño se iría convenciendo de que no hay que dar importancia a esos detalles. Para eso reciben su salario los siervos de la gleba.

Entras en casa, bajas al garaje y en la micropapelera diseñada para minucias, algún pulcro convecino no pudo soportar que unos cuantos envases y otros restos tuvieran que permanecer varias horas en su propio cubo de la basura. A cambio de dejar de aquella manera la papelera, su coche, que es lo que importa, habrá quedado impoluto.

Tampoco tu comportamiento fue modélico: en el primer caso bien podías haber cogido la bolsa y bajarla al suelo para que al menos la papelera pudiera cumplir su función; en el segundo nada tu hubiera costado colocar el cartel en el borde del melonar;  en el último también podías aplastar los envases, que tanto no ocuparían, y juntarlos con los tuyos en una bolsa amarilla debajo de tu fregadero hasta que llegara el día del reciclaje, pero...

Los desechos, muestra de conciencia cívica.

EL VIOLINISTA

Muchas veces te encuentras a Nico Suárez, ahora ya sabes que se llama así, sacando como malamente puede unas desafinadas notas de su violín con la esperanza de que al terminar su función callejera, el sufrido auditorio deje unas monedas sueltas.

Hace unos días coincidisteis en El Fontán. Habías tomado asiento en tu demarcación preferida, bajo los soportales, casi frente a la puerta norte de Mercadona. Después de pasar entre las meses, ahora ya con el sombrero vuelto y una leve y ladeada inclinación de cabeza, entró en la tienda. La compra necesariamente tuvo que ser escasa porque no tardó en salir con una pequeña bolsa y su inseparable violín. En ese momento entraba Alexander Vasiliev, que dirigió a Nico una mirada estrictamente momentánea, de la que Nico no se habrá percatado porque seguramente desconoce quien es el tal Alexander. Vasiliev es el concertino de la Orquesta Sinfónica de Asturias, el primer violinista, el que ejecuta los solos y el  encargado de afinar las cuerdas y el oído del resto de violinistas ya en el escenario en los momentos previos a los conciertos, o al menos esa crees que es su función por las veces que lo observaste sobre las tablas.

Jamás oíste cacofonías tan notorias como las de Nico, de ahí que nunca te hayas estirado rebuscando alguna moneda. Pensándolo bien, a lo mejor tampoco echabas mano de la cartera si el sonido fuera simplemente discreto. Así y todo te parece admirable la decisión de Nico Suárez de salir a la calle, echar el violín al hombro y que sea lo que Dios quiera.

Hace días leías un reportaje sobre algunos de esos músicos callejeros que ambientan las calles. Así te enteraste de su nombre y de que es rumano, o al menos que vino de Rumanía, porque no te cuadra un Suárez nacido en los Cárpatos. Si fuera natural de Herías/Erías, Casorvía o de alguna aldea del valle del Huerna, todavía.

La necesidad acabó con la vergüenza de Nico, y podrá alegarla como eximente si existiera una justicia musical como dicen que existe la justicia poética, porque, insistes ¡qué mal toca el hombre!

2012/09/07

FACILITAR, FACILITAR, FACILITAR

Hay palabras proscritas en tu vocabulario, facilitar es una de ellas ¿Por qué no te sale nunca facilitar? Seguramente la encuentras demasiado finolis, al igual que bonito, pero es un término comodín que te vendría bien frecuentar. Lo mismo te ocurre con precisar, que utilizaba profusamente un querido pariente afincado en Madrid aunque oriundo de La Romía. Estaba de portero en la capital (hoy sería por lo menos empleado de finca urbana) y te hacía mucha gracia cuando decía “Si precisas algo…”.

De facilitar no sé qué cosa, escribe Luis José Ávila en un reciente publirreportaje sobre la colaboración entre el Corte Inglés y la Universidad. En la cabecera de la página no consta que se trata de un publirreportaje, tampoco aparece semioculto bajo el epígrafe de Páginas Especiales ni fórmula equivalente. Será coincidencia, o no, pero la página impar se dedica en buena parte a glosar esa productiva colaboración (quizá más para unos que para otros) y la correspondiente par, en el mismo golpe de vista, la ocupa íntegramente el Corte Inglés, indicando, ahora sí, que es publicidad.

Hace unos años cuando tu empresa gastaba (perdón, invertía) más en publicidad, un día desgraciado vio la luz en la página par una inserción publicitaria pregonando el valor-seguridad del tren como medio de transporte, con la mala suerte de que la página impar fuera la de sucesos y que el día anterior un tren hubiera arrollado a una persona. Bien es cierto que el tren no había salido de la vía, pero… Días después repitieron gratis el anuncio, esta vez sin muerte anexa. Si es hoy, dirías que facilitaron la inserción. O quizá, después del fallo publicitario, consistió en una reinserción.
 
No ibas a hablar de esto pero la pluma antes y la tecla ahora van por libre. Querías únicamente plantear en voz alta la cuestión de si la Universidad pagó algo por aquellos ordenadores o bien fueron gratis, porque como los facilitaron

A partir de ahora tienes que cambiar el chip, evitar eso de que el viajero compra el billete,  en realidad se lo facilitamos. Si el cliente asegura que no le facilitamos nada, sino que le dificultamos la compra y le complicamos la vida estará equivocado. Nosotros se lo facilitamos y allá él se las componga con las máquinas, los billetes y las palabras.


2012/09/05

LA MUERTE DE BASTANTES DE LOS ESCOLTADOS NO NOS VENDRÍA MAL

Como está libre en la barra del bar, coges El Mundo y al llegar a la página tres te encuentras con La Tronera, esa sección diaria en la que Antonio Gala da a conocer al mundo sus preocupaciones. Algunos artículos de opinión son imposibles de digerir con el murmullo de fondo de la sidra rompiendo sobre los vasos o, lo que es peor, con el ruido general tan hispano (o hispano tan general).  Para leer algunas columnas se necesita cierta concentración, por eso cuando llegas a la frase que encabeza este sueltillo tienes que volver la vista atrás, o por aquello de la precisión, arriba.

Sí, dice lo que dice, pero como no quieres sacarla de contexto, la lees desde el punto y seguido anterior. Sigue diciendo lo mismo. No queda más remedio que releer desde el principio para evitar el desenfoque. La frase sigue resistiéndose a una interpretación contextual, quizá no quepa otra que una glosa hipertextual. Hay un inconveniente: tus conocimientos, más que hiperlingüísticos son hipolingüísticos, así que no tienes más alternativa que arreglarte con una hermenéutica de andar por casa.

¿Cuántos escoltados son bastantes? Para que el plural no desmerezca, al menos serán dos. ¿Quiénes? ¿Militares, políticos, altos cargos, ejecutivos? Gala no tiene a gala decírnoslo, pero no carguemos demasiado las tintas. Gala no escribió asesinato, ni siquiera homicidio. Habló de la aséptica y previsible muerte. De esa forma los sufridos escoltas no tendrían responsabilidad alguna por una muerte que a Gala (y a alguien más, ya que insiste en el plural) no le vendría mal.

Cabe una última posibilidad, la muerte como ejemplo típico del certus an incertus quando, latinajo previsto para una clase de negocios jurídicos en los que el cumplimiento es seguro pero el momento desconocido; el ejemplo típico sería:  “cuando muera Fulano heredará Zutano”. A lo mejor era eso lo que quería decirnos desde la tronera, púlpito que le sirve para soltar truenos, rayos y algún sapo.

Otro día dirá desde su tronera que mentes perversas sacaron su frase de contexto.

2012/09/04

TASAS Y TOLERANCIA

A eso de las doce de la noche te dice tu mujer:

-         Mira, Luis, mira  qué fiesta tienen en la terraza enfrente de casa.
-         ¿Los denunciamos?
-         Si dan las dos y siguen así, sí… Bueno, cerraremos la ventana y habrá que arreglarse.

Con ese diálogo hacíais un poco de comedia recordando la anécdota de hace unos días, cuando unos amigos que celebraban un cumpleaños en su piso de Luanco, tan entretenidos estaban con el karaoke, que no se percataron del guirigay que liaban hasta que la Autoridad, advertida por otros vecinos, llamó al timbre y al orden.
 
Los jóvenes de nuestra terraza vecina fueron bastante discretos y si cerrasteis la ventana, más fue por evitar el fresquillo de la noche que las ondas de la jarana. Por la mañana quedaban visibles algunos restos del arte y de la alegría.

Sin una cierta dosis de tolerancia no se pueden llevar ni la vida ni las relaciones de vecindad, pero cuanto más se alejan las relaciones, más aumenta la intolerancia. Así, crees que si esa fiesta se organiza en una terraza de tu edificio soportas más las molestias que si ocurre enfrente. En cierta forma, son los tuyos.

Ahora que se acercan las fiestas de Oviedo, ningún barrio quiere aguantar las molestias de las barracas, porque son los cercanos quienes sufren la incomodidad y los desconocidos quienes se divierten.

A la vez que en las fiestas, piensas en las tasas municipales que se devengan por diversas actividades molestas, insalubres y peligrosas. Suponiendo beatíficamente que los Ayuntamientos sean entes que aglutinan y representan a todos los ciudadanos del municipio, cuando un contribuyente abona una tasa por realizar una actividad molesta (la barraca de las fiestas, el cambio de ventana de una casa, la apertura de una zanja) trata idealmente de compensar a los eventuales perjudicados, pero no a cada persona física, difícil de identificar. El montante ingresado en el modelo correspondiente acaba en el cajón común de las arcas municipales para repartirlo, es un decir, entre la masa de los empadronados. De esa forma, unos originan las molestias y pagan por ello, otros las sufren y no perciben nada, y el resto de ciudadanos reciben su pequeña parte en forma (nuevamente un suponer) de una mínima quita de los tributos debidos.

De toda esta digresión más bien parece que te molestó la algarabía de la terraza. No era el caso. Te habrás explicado mal. Lo que lamentas es que no te hayan llamado a la fiesta.

2012/09/01

VERDADES Y MENTIRAS

Recibes este correo que reproduces tal cual y te asalta la duda de si será verdad todo ello.
PRESUPUESTO DEL AYUNTAMIENTO DE MARINALEDA

El alcalde de Marinaleda, cobra 70.367 € al año,
...
El 1er Tte. de Alcalde 52.739 €
El 2º tte. Alcalde 47.000 €
La secretaria del Alcalde 36.259,- (Prima de este)
El responsable de prensa 38.388,- (Cuñado)
El consejero juridico del alcalde 50.024 €. (Un ruso del antiguo CCCP que no sabe castellano)
El jefe de la policia municipal cobra 68.000 €.

Cuelgas esa duda en tu perfil de Facebook y no tardas en recibir un correo de un pariente lejano con un certificado que contradice en todos su términos el bulo invasor, pero tampoco puedes descartar que se trate de una guerra de patrañas.  

¿Cómo averiguar la verdad?
Eso recordaste sentado en la terraza de El Fontán, mientras dabas cuenta de una botella de sidra y un pincho de picadillo a la vez que leías la columna que Tino Pertierra firma en la última página de “La Nueva España” con el título de La Verdad y el mentiroso antetítulo “Solamente será un minuto”. Mentiroso porque si lees Qué escurridiza es la verdad y qué pegadiza es la mentira, te lleva directamente a pensar en Marinaleda y otros bulos. Mentirosa porque cada una de las sentencias da para pensar bastante más de un minuto.
(Casualmente la columna de Pertierra no sale en la edición de Internet de La Nueva España, pero sí en el Faro de Vigo, de su mismo grupo editorial http://www.farodevigo.es/opinion/2012/08/31//678738.html)
También en La Nueva España, en otra página de opinión, el columnista arremete contra las mentiras del ciberespacio en un artículo que lleva por subtítulo “Las dudosas aportaciones de las redes sociales”. De acuerdo, las redes sociales están llenas de porquería, pero también la prensa tradicional, las radios y las intereconomías del toro que embiste y cocea. Más bien te da la impresión de que el articulista de papel clama por la supervivencia del sector que le paga al comprobar con dolor que los medios tradicionales pierden parte del pastel de la transmisión de las noticias, que también traen revueltas las verdades y las mentiras.
Tiene razón Pertierra “Qué escurridiza es la verdad y qué pegadiza es la mentira”, sea en papel, en el Facebook, en la barra del chigre, en los foros o en el cotilleo de la fotocopiadora.