2012/09/04

TASAS Y TOLERANCIA

A eso de las doce de la noche te dice tu mujer:

-         Mira, Luis, mira  qué fiesta tienen en la terraza enfrente de casa.
-         ¿Los denunciamos?
-         Si dan las dos y siguen así, sí… Bueno, cerraremos la ventana y habrá que arreglarse.

Con ese diálogo hacíais un poco de comedia recordando la anécdota de hace unos días, cuando unos amigos que celebraban un cumpleaños en su piso de Luanco, tan entretenidos estaban con el karaoke, que no se percataron del guirigay que liaban hasta que la Autoridad, advertida por otros vecinos, llamó al timbre y al orden.
 
Los jóvenes de nuestra terraza vecina fueron bastante discretos y si cerrasteis la ventana, más fue por evitar el fresquillo de la noche que las ondas de la jarana. Por la mañana quedaban visibles algunos restos del arte y de la alegría.

Sin una cierta dosis de tolerancia no se pueden llevar ni la vida ni las relaciones de vecindad, pero cuanto más se alejan las relaciones, más aumenta la intolerancia. Así, crees que si esa fiesta se organiza en una terraza de tu edificio soportas más las molestias que si ocurre enfrente. En cierta forma, son los tuyos.

Ahora que se acercan las fiestas de Oviedo, ningún barrio quiere aguantar las molestias de las barracas, porque son los cercanos quienes sufren la incomodidad y los desconocidos quienes se divierten.

A la vez que en las fiestas, piensas en las tasas municipales que se devengan por diversas actividades molestas, insalubres y peligrosas. Suponiendo beatíficamente que los Ayuntamientos sean entes que aglutinan y representan a todos los ciudadanos del municipio, cuando un contribuyente abona una tasa por realizar una actividad molesta (la barraca de las fiestas, el cambio de ventana de una casa, la apertura de una zanja) trata idealmente de compensar a los eventuales perjudicados, pero no a cada persona física, difícil de identificar. El montante ingresado en el modelo correspondiente acaba en el cajón común de las arcas municipales para repartirlo, es un decir, entre la masa de los empadronados. De esa forma, unos originan las molestias y pagan por ello, otros las sufren y no perciben nada, y el resto de ciudadanos reciben su pequeña parte en forma (nuevamente un suponer) de una mínima quita de los tributos debidos.

De toda esta digresión más bien parece que te molestó la algarabía de la terraza. No era el caso. Te habrás explicado mal. Lo que lamentas es que no te hayan llamado a la fiesta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De esa forma, unos originan las molestias y pagan por ello, otros las sufren y no perciben nada, y el resto de ciudadanos reciben su pequeña parte ..
esto no es del todo correcto, pues los que las sufren tambien perciben, asi como los que las causan, pues reciben TODOS los ciudadanos no el resto.

Alba Mallada dijo...

Hay que ser tolerante un poco folixa viene bien a todos.