2012/12/07

LA CONSTITUCIÓN

Por aquello de ir a contracorriente, el obligado comentario anual sobre la Constitución lo dedicas al elogio de políticos y juristas, tanto monta, en particular a los juristas políticos o a los políticos juristas, al menos a los de que durante la Transición dedicaron su tiempo a elaborar, discutir y pulir el anteproyecto de Constitución hasta terminar en el texto que entró en vigor a finales de 1978.

La Constitución es un texto político y es un texto jurídico. Como texto político pasa por ser el consecuencia y emanación de la voluntad popular, pero no te parece del todo cierto. Es resultado, sobre todo, de la voluntad de los políticos de entonces, que caminaban unos cuantos metros por delante del pueblo, muchas veces braceando contra su incomprensión. El pueblo, como sucede con las demandas no directamente monetarias, siempre alega que hay otros problemas más urgentes que elaborar una norma política.

Como texto jurídico de un Estado de Derecho, la Constitución es la norma suprema. Su calidad técnica es admirable. Es concisa y es precisa. Pocas palabras tiene de más. A veces se lee demagógicamente por desconocimiento, por ejemplo cuando ante la lacra de los desahucios se esgrime el tenor literal del artículo 47: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”. Se pasa por alto que ese artículo pertenece al capítulo III de la Constitución y si vamos al artículo 53.2 se puede leer que los derechos reconocidos en ese capítulo “sólo podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las leyes que los desarrollen”.

La regulación más deficiente de la Constitución, en tu opinión, la encuentras en lo referente a los Estatutos de Autonomía, pero con las tensiones políticas de entonces seguramente se hizo lo máximo que se pudo. Es muy posible que si se elaborase hoy, sus imprecisiones serían todavía mayores por falta de consenso. Ante tan encontradas discrepancias políticas, poco puede hacer el jurista.

Un brindis por la denostada clase política y la laya jurídica (de entonces).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los políticos y juristas del '75... padres de la constitución del 78, estaban cargados de buenos deseos después de 40 años de dictadura. Al pueblo sólo le preguntaron ¿quieres constitución? Había que aceptar el paquete entero, no se podía alegar, replicar, enmendar... Todo el mundo tiene derecho a una casa digna, pero tendrá que pagarla dignamente ¿no? o se la regalamos el resto de los españoles, pagándosela al Estado a través de los Bancos y Cajas, para que Europa le de el dinero que no han sabido gestionar.
De entonces a hoy, los políticos aquellos murieron ya de viejos y los retoños aprendieron todos los vicios y se han convertido en una casta peor que la que mangoneaba con Franco, el tan denostado. Y con el Puño y la Rosa disculpamos todo... hasta el Valle de los Caídos. Tú no, pero el pueblo sufriendo cada día más recortes... ¡estos del PP no llevan a la ruina.!