2013/02/03

AVERGONZARSE DE LAS CUENTAS

Reanudas la lectura de Los Doce Césares de Suetonio, autor latino a caballo entre los siglos I y II d. C. En la parte dedicada al primero de la serie, a Julio César, lees en el capítulo XLVII:

“Se pretende que invadió Britania con la esperanza de encontrar allí perlas; que coleccionó siempre con pasión piedras preciosas, obras cinceladas, estatuas, cuadros de los antiguos maestros; que se procuraba esclavos hermosos en extremo y educados, a precios tan desmedidos, que él mismo, avergonzándose, prohibió que se mencionase en sus libros de cuentas”.

De momento, por estos pagos hispánicos, de los estados de los libros de cuentas solamente se avergüenzan algunos soldados de la periferia, que son acusados de desertores. Otros defienden a capa y espada la tan dudosa contabilidad.

Por lo demás, nada puedes añadir al artículo de Ramón Punset, Catedrático de Derecho por el que sientes especial aprecio y grato recuerdo por aquella lejanísima y solitaria matrícula de honor que te puso.  Ramón Punset no siempre se expresa con la claridad de este artículo, en el que plasma, más que sus conocimientos como teórico del Derecho sus dudas como ciudadano y sus preocupaciones personales. Un artículo que, con las mismas preguntas y vacilaciones, suscribes íntegramente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también lo suscribo. Y apostillo: falta un título sobre cómo evitar la corrupción en política. Ningún tonto tira piedras a su propio tejado. Los seis millones de parados podrían tener suficiente fuerza para conseguir alguna cosita. Luego están todos los contribuyentes. Y luego todos los ciudadanos con derecho a la sanidad universal. Todos estamos afectados. Y el que calla otorga.

Isabel dijo...

Es una lástima guardar tanto silencio.Lo ya dicho, quien calla otorga. Con frecuencia me pregunto qué poder tan extraordinario tienen para amordazarnos de esta manera. Hoy todos declaran que son inocentes.