2013/09/17

MÚSICA Y RUIDO

El titular de prensa dice que el PP amenaza con prohibir la música en los chiringuitos por el exceso de volumen. Dice “el PP” y no el “Ayuntamiento de Oviedo”. A veces se produce una identificación entre partido de gobierno e institución gobernada (o gobernante) y no sabes si el titular esconde una doble intención, pero no era esta la idea a la que tenías pensado dedicar unas líneas.

http://www.lne.es/oviedo/2013/09/17/pp-amenaza-prohibir-musica-chiringuitos/1469845.html

Sea el PP o sea el Ayuntamiento estás de acuerdo con que se limite el volumen de la música en la calle. No se habla en la noticia de las posibles quejas de un geriátrico de alto copete inaugurado no hace mucho, pero supones que “coadyuva” como repite uno de tus jefes.


Traicionando la idea de los chiringuitos (la convivencia manda) hace unos días tomaste algo en La Gran Taberna, situada justamente frente a uno de los que atronaban con la bailable música latina. Pues bien, quedaste sorprendido por la logradísima insonorización del bar. El estruendo solamente se notaba cuando alguien abría la puerta, normalmente para utilizar el establecimiento como mingitorio. Apuntas con ello que con una adecuada insonorización, los males no serían tan graves, pero tampoco era esto de lo que querías hablar.


Volviendo al asunto, nunca te entusiasmó el alto volumen de la música que suena hasta en los pubs más sosegados. Todo el mundo se queja de que ahí no se puede hablar y sin embargo todos acudimos a ellos, quizá porque después de determinadas horas no hay bares silenciosos. Que los caballitos y los espectáculos de la calle mantengan un nivel de sonido destacable lo ves hasta normal ya que se trata de un gancho, pero hasta un límite porque ¿qué necesidad hay de elevar el volumen cuando todo el mundo está en el entorno o en el recinto y no puede servir de reclamo? Crees que el rock’n roll no pierde una gota si se le rebajan unos decibelios.

No está muy de acuerdo con tus especulaciones el pinchadiscos del amonestado Pinón Folixa, con el que compartes conversación en la barra de otro bar unas horas antes de que la Policía Municipal vuelva a medir el ruido.

(No será esta la última entrada sobre los chiringuitos y las competitivas casetas)




2 comentarios:

La_Nenina dijo...

Para gustos, colores. A mí la música (que me gusta) me gusta alta. Quizá aquí la clave.

Anónimo dijo...

Pues no se yo si tus vecinos, Nenina, habrán tenido que hacer que entre la poli en tu casa por los db que salgan de ella. Yo en mi casa oigo los gemidos de excitación sexual de mi vecina. Las casas no están a prueba de intimidades y los chiringuitos no están a pruebas de convivencia vecinas. Estoy de acuerdo con el autor del spot, en lo del exceso de decibelios y en lo de los chiringuitos, los pinten del color que los pinten.(por qué tiene que ser una normativa más permisiva para unos que para otros)