2014/10/01

DUDAS Y PERPLEJIDADES

“Me produce una cierta perplejidad…”.

Estás pensando incluir esta frase en un correo electrónico profesional y antes de la última lectura lo eliminas porque te entra una duda. ¿Qué es la perplejidad? ¿Qué es una cierta perplejidad? ¿Qué es una total perplejidad? ¿El que siente una cierta perplejidad está un poco perplejo? ¿Queda bien decir ‘un poco perplejo’? ¿No queda más estiloso ‘un tanto perplejo’ o  perplejo a secas? Si estas perplejo, te quedas mudo y adoptas la mueca de la perplejidad, que es apretar y arrugar un poco la boca, fruncirla dibujando una mueca en forma de acercando el labio superior a la nariz.

Acudes al diccionario de la Academia. Perplejidad: Irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en una cosa. Vas ahora al María Moliner. Perplejo: Confuso o vacilante; sin saber qué pensar, cómo salir de una situación embarazosa o cuál elegir entre varias cosas o decisiones posibles.

Sin embargo, no es eso exactamente lo que quieres transmitir cuando dices o escribes que algo te produce una cierta perplejidad (si decides no abandonar del todo el campo de la cortesía), no digamos si quedas perplejo, que es poco menos que absolutamente perplejo.

Cuando piensas en la perplejidad no expresas solamente dudas, porque si así fuera podrías subtitular este blog como ‘Inventario de perplejidades’. Tienes muchas veces dudas, pero perplejidades sólo en contadas ocasiones. Cuando quedas perplejo, o un tanto o un poco perplejo, no quieres decir solamente que tienes una duda porque a lo mejor no la tienes, pero sí quieres dejar clara la extrañeza o incluso el desacuerdo, pero con lenguaje más de esgrima.

¿Qué puede entender el receptor de la misiva que incluye perplejidades varias?


- ¡Ah! ¿que tienes dudas? Pues no te quedes con ellas y vete soltándolas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perplejo me hallo.