2015/09/23

HARTAZGO DE LA LITERATURA TESTIMONIAL

Llevas una temporada leyendo libros de autores a quienes conoces personalmente. Por pudor no citas el último, recién terminado, aunque no encuentres reseñas negativas en la red. Bien que te costó porque no eres de los que deja un libro a la mitad. Permítanse dos excepciones, el Ulises de Joyce y En busca del tiempo perdido de Proust, pero en estos casos con sinceras intenciones de reiniciar sendas lecturas, aunque no a corto plazo.

Suelen ser relatos testimoniales transformados en novelas, que sería más llevaderos si se presentaran como ensayos o como crónicas de tiempos tristes. Así, no tendrías la vana esperanza de confiar en una mejoría según avanzan las páginas. El último, terriblemente sectario. Y no. No te gusta ver hagiografiados a los tuyos. Prefieres un pelín de imparcialidad, siquiera sea fingida.


Durante una temporada, esperas dedicarte solamente a los libros consagrados, que hay muchos. 

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