2015/09/01

OLDUVAI Y LOS ESPOSOS LEAKEY

Un reportaje dominical del periódico te lleva a largas conversaciones en La Romía cuarenta años atrás o alguno más. Los primos de La Romía tenían siempre en la repisa de la cocina un montón de viejas revistas de Reader’s Digest Selecciones, que no sabes si sigue existiendo. El formato te recuerda a los catálogos de Ikea.

No olvidaste alguno de aquellos reportajes, uno de ellos era sobre las excavaciones en la garganta de Olduvai a cargo de los esposos Leakey. En el reportaje se trataría seguramente sobre el eslabón perdido en la evolución de la humanidad, asunto recurrente entonces y hoy en el olvido. Este reportaje de hoy incide más en las lucha por el monopolio de las excavaciones y en el derecho excluyente a investigar sobre un territorio kilométrico. O quizá entonces ya se apuntaba pero tú no comprendías esas malicias y las pasabas por alto.


Te maravillaba que tu tío Valiente fuera capaz de memorizar párrafos enteros de aquellas revistas o de Cambio16. Entonces no había televisión. Más tarde, todas las casas se fueron haciendo con una pero los tíos nunca la tuvieron. Realmente no la necesitaban, estaban suficientemente ilustrados con aquellas revistas atrasadas que traían de Madrid sus sobrinos Paco, Matilde y Jose. Con eso y con las pláticas que se entamaban en cualquier hora del día o de la noche en aquel punto de parada obligatoria para tanta gente al borde la carrera nacional. Tenían una profunda cultura a base de charlas y meditaciones pero estaban ‘hambreaos’, palabra que no se te olvida y que te enseñó la existencia de las desigualdades. 

'Hambreaos' y todo te dejaron medio millón de pesetas sin recibo alguno para la entrada del primer piso que compraste. En tu casa no había ese dinero. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Será por eso por lo que hoy vives como un acomodado librecambista aburguesado? La doctrina marxista no deja de ser un propósito utópico.