A veces aparecen comentarios anónimos (pero nominables) en este blog que mejoran al original.
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos
2015/12/31
2015/12/22
BELÉN O ÁRBOL. Cuento de Navidad
Como cada cuatro años, aquel pueblo había pasado por
las urnas para decidir la mejor manera de celebrar las fiestas navideñas, al
menos la más familiar de todas, la Nochebuena. Durante
generaciones, salvada alguna discrepancia menor, el consenso había sido
general.
En la plaza mayor se montaba un belén monumental, en
alguna época incluso un pesebre viviente. En una inmediata plaza vecina se
levantaba un gran abeto, primorosamente iluminado, del que colgaban brillantes cajas,
detalles coloristas y fantasías originales. En otras plazas de la ciudad se armaban
árboles y belenes más modestos, pero todos los escaparates lucían bombillas de
colores y papeles de plata con corazones, estrellas o motivos abstractos.
En las elecciones recién celebradas no quedaba claro
cómo había de ser el decorado y la animación de la plaza mayor, es más, ese
punto había merecido contrapuestas ideas en los respectivos programas
electorales.
Algunos grupos propugnaban eliminar los árboles
navideños de la plaza vecina a la plaza grande y dejar como muestra única el
tradicional nacimiento, ampliando incluso sus dimensiones. Se apoyaban en el
argumento de la tradición y defendían una vuelta a las esencias originales.
Otro grupo afín admitía como mal menor la colocación
de árboles pero solamente en las plazas donde se pudiera acreditar su uso
tradicional, sin hacer extensiva la costumbre a los nuevos barrios de la
creciente ciudad. Ponían también como condición para alcanzar acuerdos la
prohibición de los ridículos papanoeles que trepaban por las ventanas. De haber
escaladores, que fuera un rey mago.
Un tercer grupo emergente de ciudadanos era
partidario de la coexistencia pacífica de nacimientos y árboles, pero dejando
bien sentado que al nacimiento no podría mostrar la indecorosa figura del
caganer y menos si enfundaba la típica senyera de su región. Si se transigía
cada región querría colocar su ángel diferencial, su buey o un San José de su
tierra y aquello sería un guiriguay inmanejable.
El cuarto grupo, por el contrario, daba por supuestos
el nacimiento y el árbol pero exigía que los villancicos se oyeran también en
su lengua cooficial.
El quinto grupo defendía que el nacimiento y el árbol
debían intercambiar su respectiva ubicación geográfica de acuerdo con los
últimos datos sociológicos de la práctica religiosa.
Por último, un sexto grupo propugnaba que lo que había
que celebrar era el solsticio de invierno, pero no cuadraban las fechas con las
vacaciones escolares y no tenían del todo definido su proyecto.
Llegó el día de votar, se contaron y recontaron las papeletas y el
resultado no arrojó una mayoría clara a favor de ninguna candidatura. Las
posturas quedaron más equilibradas e irreconciliables que nunca. No se
contemplaba una segunda vuelta. No había más remedio que pactar. El tiempo iba
pasando, se acercaba la
Nochebuena y nadie movía ficha. Otros años por estas fechas las
plazas ya lucían la tradicional decoración navideña.
Después de unos días de preocupante calma en la plaza
mayor, la mañana de la Nochebuena vivió un continuo trasiego de gentes y
furgones que iban apilando ángeles,
camellos, reyes, estrellas, pastores, ovejas, puentes, pozos, y las figuras de
los más variados y dispares tamaños, además de discretos montoncitos de musgo,
serrín, láminas de papel plateado, casitas de corcho, cables, bombillas,
enchufes,... Gracias al ejército de carpinteros voluntarios, armados con
martillos, serruchos, cuerdas, el belén fue cobrando forma en la plaza mayor,
en el lugar de siempre.
En la plaza contigua quedó instalado también el
espectacular árbol de navidad, con sus raíces naturales porque había que ser
respetuoso con la foresta. Trabajo costó a un regimiento de sacrificados jardineros
dejar asentado aquel ejemplar frondoso y mastodóntico.
Creían haber afirmado sólidamente las raíces en el
subsuelo pero a media tarde, se observó con preocupación que algunas losetas comenzaban
a resquebrajarse. Las ranuras se fueron haciendo mayores, al cabo alcanzaron el
tamaño de un dedo, pronto cabía un pie, la situación comenzaba a ser peligrosa.
En un santiamén cinco o seis delicados tentáculos convirtieron el árbol en algo
parecido a un pulpo móvil, que fue avanzando armoniosamente hacia la plaza
mayor para pasmo de cuantos viandantes curioseaban por los alrededores sin que
cayera ni uno solo de los adornos que lucía.
Se temía que en su avance el abeto invadiera como un
paquidermo las delicadas figuras del nacimiento, que a esas horas había quedado
totalmente perfilado. Pero no, se detuvo a una distancia de respeto, retrajo las
raíces, que apuntaron hacia abajo y, actuando como un silencioso berbiquí, el
ejemplar quedó anclado con firmeza muy cerca del centro geométrico de la plaza
grande.
Según la tradición, los belenistas cantarían villancicos
de inspiración más o menos religiosa, aunque esto había decaído algo en los
últimos tiempos. Por su parte, los del árbol entonarían, según su costumbre,
villancicos laicos que animaban al jolgorio y a la zambomba, a los polvorones y
a las burbujas.
Sorprendieron los belenistas al iniciar la entonación
del primer villancico, que los arbolistas escucharon con recelo. A punto de
iniciar el segundo, el portavoz de estos se adelantó hasta el cabecilla de los
belenistas. Platicaron un buen rato, llamaron a consulta al portavoz de los
posibilistas, al del solsticio y al del caganer diferencial. Pactaron que cada
grupo podría cantar sus propias canciones durante un tiempo proporcional a los
votos emitidos y que los demás escucharían en silencio, acordaron también que a
las ventanas de la ciudad podrían encaramarse reyes magos en los números pares
de las calles y papanoeles en los impares, y se podría cantar y bailar hasta la
medianoche.
A esa hora finalizaría la fiesta entonando todos
juntos el Asturias Patria Querida.
Así se hizo, de acuerdo con lo pactado.
2015/12/20
INSPIRANDO HOMILÍAS
Esta mañana tomaste un café con un cura con el que
coincidiste de estudiante en el seminario. Erais de cursos muy próximos y es fácil que nazcan sentimientos de simpatía entre los conceyones.
Comenzasteis hablando de los padres mayores, de su problemática,
de cómo su menguado horizonte vital va minando su ánimo y el de quienes
permanecen a su alrededor. Te dejó sorprendido cuando te dijo que una conversación
que habíais mantenido hace muchos años le sirvió de guión para las homilías en más
de una ocasión.
Parece que te encontraste con este cura al poco de morir tu
padre. Dirías entonces que acababas de bajar del Monte Naranco y que allí arriba a los
pies del Sagrado Corazón habían quedado las cenizas. Habrías
añadido que a los pocos días se distinguían todavía restos grises de cenizas y
que unos días después lo que se veía era suciedad y excrementos de animales.
Unas palabras que se dicen en un sentido y se pueden sacar
consecuencias de otro bien distinto aunque no necesariamente contrario.
Para su alegría, le completaste la información al indicarle
que no todas las cenizas quedaron allí, que años después parte de ellas reposan
con los suyos.
Dijo también eso le serviría de materia, aunque seguramente
no tendrás ocasión de oírselo. Pensándolo bien, quizá en algún funeral…
2015/12/17
AGACHARSE LA SIDRA
Dice el diccionario etimológico Corominas, al menos la edición
abreviada que guardas en la estantería, que ‘escanciar’ procede del gótico skanjan ‘servir bebida’. Pocas bebidas
se servirán con tanto estilo y ritual como la asturiana sidra.
No pensabas en la etimología cuando, después de degustar un
riquísimo pincho de picadillo (no siempre está igual) en El Fontán, comentabas la
noticia con el camarero que te la escanciaba. Él precisamente se mostraba
temeroso ante la noticia, no fueran a pedir una habilitación o un mérito en el
escanciado del que creía carecer: estas noticias tienen más de una lectura. Comenzó
de guaje echando sidra pero, más tarde trabajó veinte años en la cafetería de un
hospital, y después de fugaces contratos ajenos a la hostelería, lleva cuatro
años nuevamente con la sidra en El Fontán, por cierto con bastante dignidad.
La sidra y los sidreros son muy maniáticos. Tú no crees
estar entre ellos pero te ponen nerviosos los malos echadores y las
malas echadoras: los que cortan el chorro por falta de pulso, los
de pésima puntería, los que no miden los tiempos ni los turnos, los que ponen
tantos vasos como bebensales pero luego los mezclan sin fijarse, etc. Hay bebedores
que se lamentan por el líquido que pagan y no consumen, no es tu caso. Tú te
pones nervioso sobre todo por el nulo tino. Como en las películas de sangre, prefieres no
ver la escena del asesinato del culete. Cuando por el ruido calculas que el
vaso está dispuesto, te das la vuelta, te sirves, bebes, y esperas que el próximo
esté a cargo de otro camarero o escanciador, si hay en plantilla.
Como no te mueves en las cuitas laborales del gremio,
desconocías que ese intento de cualificación asomara y desapareciera como un
Guadiana desde hace años. Tú creías saber algo de la sidra pero otro del sector te convence de que eres un ignorante en la materia. “Cree la gente que toda la
sidra es igual, pues no, la hay que se soporta a una temperatura inferior, pero
otras por ejemplo a idéntica temperatura se agachan”.
Y aquí tuviste que callar porque, cuando pensabas conocer todas las variantes y consecuencias, echas en falta un master sidril. Te tendrán que explicar con ejemplos qué es agacharse la sidra en función de su propia temperatura.
ASEPSIA
No acabas de entender o no quieres entender o no quieres
pensar mal, por qué a veces se ocultan datos en noticias de prensa del estilo
de la que ilustra este sueltillo. ¿Les cae mal la inmobiliaria? ¿No se anuncia
en el periódico?
Una redacción alternativa y aséptica podría haber sido esta:
Escolares de una gran población asturiana y una inmobiliaria de la capital del
Principado se encuentran estos día
s inmersos en una campaña de recogida de víveres
a favor de una institución cuya matriz fue reconocida con una importante
distinción por su labor en la distribución de alimentos a los más
desfavorecidos. Además, en una residencia de la tercera edad de un concejo de
histórica implantación hullera, se celebrará el próximo sábado un concierto benéfico
a favor de la misma institución a cargo de una reconocida orquesta de nuestra
Comunidad Autónoma. En la “Operación Kilo” abierta hasta el día 22 en una
entidad dedicada a las transacciones inmobiliarias (¡ay, aquí se deslizó el
nombre comercial!) se premiará a las personas que realicen donaciones de
alimentos no perecederos con una participación en el sorteo de un lote
navideño.
2015/12/16
UN PORTAZO EN 1967
Sabidos son los melindres que los fetichistas se gastan con
los coches recién comprados. Por eso te gustó la anécdota que un conocido
compartió en el bar. El habló del coche y tú te acordaste del teléfono, que
poco tienen que ver entre sí. Viene a cuento lo del teléfono porque en tus
inicios ferroviarios los teléfonos metían tanto ruido que había que gritar a
modo para poder entenderse con el interlocutor. De recién casado tu mujer se
sorprendía (y reprendía –cariño-) por las voces que dabas al teléfono de casa.
- Es que estoy acostumbrado a los teléfonos de las
estaciones.
El del conocido era su primer coche. Corría el año 1967 y un
día acarreó a su madre. ¿Qué puertas estaría acostumbrada a cerrar? El caso es
que dio un contundente portazo, no fuera a quedar entreabierta.
El hijo la reconvino:
-
Cierra más suave.
Ella advirtió:
-
Si me lo dices otra vez, no vuelvo a subir a este
coche.
La madre murió tres años después y el hijo nunca se olvidó
del portazo y de una frase, que tampoco estaba de más, pero los recuerdos tienen
vida propia.
DECENCIA PERSONAL, POLÍTICA Y ETIMOLÓGICA
De pronto disparó Pedro Sánchez,
candidato socialista a la presidencia del gobierno:
-
El presidente del gobierno, Sr. Rajoy, tiene que ser una persona decente, y usted no
lo es.
El presidente se echó hacia atrás,
respiró y habló:
-
Hasta ahí hemos llegado. Yo soy un político honrado,
como mínimo tan honrado como usted.
Se pasó, eso pensaste en voz alta y conviniste con tu
mujer en la salita, donde seguíais atentos al debate televisivo y televisado entre
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.
En el rifirrafe posterior Sánchez habló no ya de una persona
decente sino de un político decente. ¿La alusión/ataque a la decencia fue idea
de los asesores o del propio Sánchez? Se sabrá, quizá no ahora, pero en
cualquier caso, quien la pronuncia en un momento así la hace propia.
Rajoy se molestó, no era para menos, y lo tomó como un
insulto. Sin embargo, una frase así, aislada, aunque se pronuncie a gritos, con
inquina y apuntando con el dedo, por sí misma raramente servirá para condenar
al autor como reo de insulto en un juzgado del orden penal.
¿Qué es ser decente?
Si nos atenemos a la RAE, le ves difícil encaje como insulto.
(Del lat. decens, -entis).
Con el diccionario de María Moliner entramos en terreno más fangoso
y bivalente porque decente es “aplicado a las personas y a sus acciones y sus
cosas, honrado o digno: incapaz de acciones delictivas o inmorales”. Si Sánchez
pensaba en los delitos o en la moral, él sabrá; si Rajoy lo tomó por la parte
de los delitos, hizo bien en invitar a Sánchez a declarar en los juzgados, pero
la apelación de Sánchez iba más al movedizo terreno de la moral y de las urnas.
Más de guante blanco es la decencia si recordamos los orígenes
latinos. Decet: estar o sentar bien, ser apropiado, convenir. Claro que si a esto se refería Sánchez, podía haber menguado el volumen de los cuasigritos.
Si tiramos de derivados de la misma raíz nos encontramos con
adecentar, decoro, decorador, condecorar. Bonita fórmula de quitar algo de cólera
a las palabras.
Si Pedro Sánchez no quiso espetar todo lo anterior a la
persona sino al político, como parece por matices inmediatamente posteriores,
el insulto se queda en agua de borrajas por arte del malabarismo florentino.
En definitiva, indecente: un insulto que parece más de lo
que es. ¿Sería Pedro Sánchez o sus asesores tan maliciosos como tú?
2015/12/14
LOS NIÑOS DEL PUÑO
Murió entre merecidas muestras de cariño el histórico
dirigente socialista asturiano Marcelo García Suárez. Los suyos decidieron que
junto al féretro luciera una fotografía de gran tamaño en la que se ve puño en
alto a Marcelo y a sus hermanos en el mes de julio de 1936.
Recuerdas otras imágenes no muy distintas de otros niños haciendo
el saludo fascista brazo en alto. En su momento unos y otros levantaban con alegría los
brazos, abriendo o cerrando la palma de la mano, miméticamente o a instancias de mayores o mentores. Tan
penosas te parecen unas como otras, solo que ahora quienes cerraron el puño
pueden mostrar las fotos con orgullo porque resultaron estar menos equivocados
que los otros. En cualquier caso un penoso aprovechamiento de la maleabilidad
infantil.
Te da pie a pensar en los motivos por los que uno se inclina
por una opción política y no por otra, y hasta qué punto lo imbuido o mamado en
la infancia perdura ya para la vida entera. Los hoy vencedores podrán mostrarse
orgullosos por no haber cambiado de idea a lo largo de su vida. Los hoy derrotados
se justificarán alegando haber sido víctimas de artero engaño. En el álbum
familiar se verán con una sonrisa los saludos fascistas (dirán, como la canción, “sólo
era un niño” https://www.youtube.com/watch?v=KbktF4Nnld4)
y con satisfacción contenida el puño cerrado.
2015/12/11
SIN REFERENTES NAVIDEÑOS
Quedan arrinconadas las cabalgatas de los escenarios
tradicionales para no herir otras o ninguna creencias, cuando no para evitar
sufrimiento a los camellos, estresados por la algarabía infantil y tan lejos de
su medio natural.
Los villancicos de zambomba fueron arrinconando a los
originarios, más cursis, pero pronto quedarán postergados por unos nuevos
cantares al solsticio de invierno.
La crisis aligeró la cuenta de las empresas al ahorrar la
comida de Navidad.
Lees que el Ayuntamiento de Siero veta los calendarios que
denigran a las mujeres.
Desaparecen de andamios, taquillas y duchas los tradicionales
calendarios ¿Quién promueve la limpieza?
¡El concejal de obras, el paleta! ¡Quién lo diría!
Quedamos sin referentes.
SIN PALMADAS EN LA ESPALDA
Tú estuviste calladito pero sí lo dijo el representante del
Partido Popular, que nunca habían conocido a más miembro del colectivo Asturias
al Tren que al que coordinaba el acto, apostillaba las intervenciones e
ilustraba con alguna transparencia las palabras de los contertulios, en inaudita
función moderadora, como también resaltó el representante del Partido
Socialista. No saltó el pepero a la yugular a la primera, pero sí más tarde
cuando acopió algún motivo de agravio más. Comenzó a mascar la venganza al
repetir el colectivo unitario la manida coletilla del trazado franquista de las
líneas ferroviarias en El Berrón.
Tenemos, pues, enfadados con el
coordinador/presentador/moderador a los partidos mayoritarios, que
desgranaron sus propuestas, no sólo sobre los trenes de Cercanías sino sobre
las infraestructuras y el programa en general, amén de aprovechar para lanzarse
dardos electorales. Hay que contar con ese juego. Como tienen pocas oportunidades...
Tampoco la izquierda estaba con la causa de apoyar el cierre
de los pequeños apeaderos o de la supresión radical de servicios, vieja batalla
del colectivo. Para Podemos e IU es fundamental lo que llaman la vertebración
del territorio.
Desde el público una sensata intervención de quien había
intentado un fallido transporte combinado a los polígonos industriales, insistió
en la imposibilidad de competir contra tanto hormigón y brea como cubrió los
campos astures en las últimas décadas.
Otros ruidosos pretendían una pequeña, dicen, modificación
en los trenes quitando asientos para ganar hueco para las bicicletas. Renfe los
trata muy mal, aseguraron, solo permite cinco por tren. Lástima de las buenas
obras hechas.
Otro cuestionó la integración de Feve en Renfe, a la que el
PSOE dijo oponerse, pero solamente por provenir del PP. E la nave va.
Por lo demás, la habitual carta incompatible a los Reyes Magos.
¿Qué resumen hará la prensa?
2015/12/10
¡ESTOY OBLIGADO A IR!
Ante muertes recientes de
familiares muy cercanos es inevitable comparar dolores y circunstancias. En ese
marco tu amigo recuerda el asesinato de su padre el día del Corpus en un pueblo
de León a manos, a tiros mejor, de un desequilibrado que no apuntaba tan
fatales maneras. Tres disparos en plena procesión que acabaron instantáneamente
con la vida de tres vecinos del pueblo hace casi veinte años.
El tirador permanecía en la
ventana con su escopeta cargada y los cadáveres en la calle desierta. Llega un contingente
de la guardia civil y alguien tiene que acercarse a la ventana. Tu amigo
intenta sujetar al guardia más joven.
-
No vayas, que te mata.
-
Estoy obligado a ir.
Y lo mató. Cuarta víctima. En el tiroteo subsiguiente se
creyó haber abatido al tirador, pero no había certeza. En medio de la tensión
una escalera se apoya en la pared y otro guardia inicia la subida de
comprobación o asalto. Al asomarse, el asesino yacía muerto.
Rafael Díez Presa, veintiséis años, el nombre del joven guardia. Hoy,
fríamente, alguien diría que fue una temeridad.
2015/12/09
LAS DUDAS DEL LECTOR
El solarete entrelazado a la rifosa casa del Vedado,
produce una escasez de pinta sobresaltada, abundoso el parche se hace montura y
se ramea con una corbata Zulka, regalo del patrón en trance de carantoñas a la
tía dulcera. Paradiso, de José Lezama
Lima.
Si en el suelto precedente hablabas de las miserias del
escritor, ahora te adentras en las dudas del lector cuando afronta un texto de
latosa comprensión. Caben varias consideraciones. Si toda la obra es tal como
el párrafo superior, mejor dejarla y resignarse a la idea de que está escrita en
otro idioma y por excelente que sea, uno no entiende todos los idiomas del
mundo.
Otra posibilidad es armarse de diccionario y paciencia y ver
qué son el tal solarete, la rifosa, la pinta sobresaltada, el parche, la
montura y ramear. Implica romper el
ritmo de la lectura, pero merece la pena si sospechas que el párrafo es
esencial para el correcto seguimiento del resto de la obra.
In illo témpore alguien te trasladó estas dudas al contar su
experiencia de la lectura de Tirano Banderas, de Valle Inclán. Tan incrustada
te quedó esa idea que no recuerdas si tú también la padeciste cuando, años
después, acometiste la lectura del excéntrico gallego.
2015/12/08
LA RESPONSABILIDAD DEL ESCRITOR
Hay noticias que se pueden leer del derecho o del revés,
como esta, cuyos antecedentes te ocasionaron un bloqueo mental constatable al contar los días que transcurrieron sin dejar por aquí constancia de tus andanzas o de tus preocupaciones. http://www.elcomercio.es/asturias/201512/05/firma-queda-remedio-reconocer-20151205005156-v.html
Te alegras enormemente del error y de da ocasión para meditar
en voz alta o en letra impresa sobre la responsabilidad del historiador que
escribe sobre vivos que pueden corregir o sobre muertos a quien ya nadie ampara
o cuya memoria nadie gasta energías en limpiar. Tú mismo, muy modestamente,
puedes incurrir en excesos por no cotejar datos, por no aplicar la lógica
aristotélica o tomista al sacar conclusiones o porque intentas convencerte de
que teniendo tan pocos seguidores no te es exigible el mismo rigor que si tus escritos
estuvieran predestinados a convertirse en un best seller.
No deseas, sin embargo, pasar de puntillas sobre el fondo
del asunto, y es que si no fue verdad, podría haber sido, y en ese caso te da
pie a meditar nuevamente sobre la prescripción (el olvido) penal y la prescripción
(el olvido) civil, pero no entendida esta en un sentido jurídico, sino en su
acepción vital.
En un viaje de ida y vuelta, cuando terroristas confesos se
sientan y asientan orgullosos y perdonados en las cúpulas del poder de sus
territorios exclusivos y excluyentes, piensas por qué tenemos que ser más
escrupulosos con quienes dentro de una escala tan doblemente jerárquica como
son la militar y la fiscalía no hicieron más que cumplir la función que el
derecho encomendaba a cada uno. Seguramente hubo héroes que desafiaron aquella
realidad opresiva, tú admiración para ellos, pero eso no convierte en villanos
al resto.
Una última reflexión sobre la debilidad humana, o mejor,
sobre tu debilidad humana, la tuya. Te preocupa no tener a tus años un criterio
definido sobre el bien y el mal, sobre lo que conviene y lo que perjudica, las
estacas a las que agarrarse, el faro que orienta tus pasos. Sirve este meditación para el ámbito laboral, el familiar, el político, el religiosos y el más cotidiano de relación con amigos y conocidos.
No en vano este blog se llama como se llama. Buridán, el hombre (o el asno) que duda.
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