2016/05/11

"TRATARÉ POR TODOS LOS MEDIOS DE QUE NO VAYAN A LA OFICINA"

Como trabajas mayormente en una oficina te llaman la atención las cuestiones oficinescas. Por ejemplo lees que el concejal de Seguridad Ciudadana de Oviedo traslada la esperanza, a quien le quiera creer, de que los  veintidós nuevos policías locales que va a a contratar el Ayuntamiento no acaben en la oficina. También cuenta con sacar a la calle seis policías que por lo vista realizan funciones administrativas.

Papeleta difícil. El que pasa a la oficina, que habrá dado las gracias por esa 'movilidad funcional' (mantengámonos asépticos) soltará sapos y culebras por su boquita si las circunstancias se tuercen y no se puede mantener aquella transitoriedad, y el operario acaba en la dura calle, pero no en la puta calle.

Lo cierto es que el burócrata engorda su trabajo creando la necesidad de más pequeburócratas a su lado, para lo que saca a la gente de la calle para la oficina. El desclasado estará muy contento los primeros meses, pero pronto comenzarán los agravios comparativos y aquel trabajador con la jovialidad postiza de los primeros meses no tardará en exteriorizar actitudes o mostrar reticencias cuando no su su frontal oposición a realizar nimias operaciones que más vale que no se enteren en la (puta) calle.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay ciertas profesiones que son de riesgo; piloto aeronáutico, marino, picador minero y torero y así. No se espera que un médico se maree ante la visión de la sangre, ni que un soldado haga la guerra en la oficina de su cuartel y no en el campo de batalla, aún a riesgo de perder su propia vida. Los ricos pueden comprar agentes de seguridad privada -como los Tous- Los que no tenemos para tanto, pedimos que la policía patrulle las calles y proteja a los ciudadanos de los robos, de la violencia callejera, de las obstrucciones al tránsito urbano, de la inseguridad ciudadana, de los conflictos que afectan a la buena convivencia y ésto no se resuelve desde la oficina con cámaras teledirigidas. Ser policía es lo que tiene, patrullar las calles, a pie, en bici, en moto, en coche, a caballo... aunque su presencia las más de las veces sea disuasoria. Puede que tengan sus buenos momentos cuando se ponen el traje de antidisturbios y usan las porras y las escopetas de pelotas de goma en los altercados. Realmente qué se espera que le hagan a quien está destrozando el mobiliario urbano, atentando contra la propiedad privada, perjudicando la buena convivencia y creando inseguridad ciudadana. Quien no quiera ser policía que no se presente a las oposiciones para policía y que lo haga a las de inspector de hacienda, por ejemplo, que es para un trabajo de oficina.